domingo, 29 de abril de 2012

¡NO TENGO TIEMPO!


Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas tosas os serán añadidas (Mateo 6:33).

«¡No tengo tiempo!», es el argumento que muchas de nosotras enarbolamos como estandarte ante la incapacidad de realizar las tareas cotidianas. Aunque todas disfrutamos de las mismas veinticuatro horas, a todas no nos rinde el tiempo por igual.
El tiempo es algo muy valioso y el sabio Salomón nos asegura: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Ecl. 3:1). ¿Cuál es entonces la mejor manera de manejar el tiempo? En primer lugar es necesario que revisemos nuestra agenda y pongamos nuestras actividades en un orden de prioridades. Un principio que deberíamos considerar al hacer eso es: «Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas».
«Nuestro tiempo pertenece al Señor. Nuestros talentos son del Señor. Entonces, ¿cómo puede alguien sentirse independiente, no sujeto al Espíritu de Dios, independiente de la voluntad de Dios, independiente de las providencias y los planes de Dios? En vuestra supuesta independencia sois esclavos de un poder que está en rebelión contra Dios» (Afín de conocerle, p. 230).
La mujer cristiana reconocerá que la prioridad número uno en su vida es concederle a Dios el primer y el mejor tiempo del día; así no solo tendrá la oportunidad de realizar las demás actividades, sino que también llevará a cabo sus quehaceres con un espíritu reposado y sereno, encontrando al final satisfacción y alegría.
Marta y María son un buen ejemplo en lo que a prioridades se refiere. La primera, agobiada por una gran cantidad de quehaceres, se mantenía continuamente inquieta y preocupada, llegando a manifestar mal humor, estrés  innecesario y cansancio. Por su parte María, que escogió la mejor parte, encontró descanso a los pies de Jesús e indiscutiblemente al hacerlo también recuperó fuerzas y energías.
Querida amiga, es vital que nuestras jornadas estén impregnadas de la presencia de Cristo. Únicamente así las madres y las esposas podremos caminar en la vida con serenidad y seguridad, y no solo eso, sino que al final podremos dar una cuenta aceptable del maravilloso don que representa el tiempo.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por  Shirnet Wellington

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