lunes, 8 de octubre de 2012

PARANDO TORMENTAS


«En esto se desató una tormenta, con un viento tan fuerte que las olas caían sobre la barca, de modo que se llenaba de agua» (Marcos 4:37).

Te voy a contar una historia verídica sobre tres jóvenes que asistían a la escuela en un lugar fuera de lo común. ¿Por qué? Bueno, porque su escuela estaba en un bote. Ellos aprendían matemáticas, ciencias, lectura y navegación en medio del océano. Pero un día se encontraron frente a frente con una turbonada. Una turbonada es una tormenta repentina que se forma en el mar con fuertes, vientos y bajas temperaturas. Lamentablemente, el bote se volcó y todos los que estaban a bordo murieron.
En el versículo de hoy los discípulos pensaban que se iban a ahogar cuando se encontraron repentinamente con una turbonada. Los vientos arreciaron y bajó la temperatura. Los discípulos sentían mucho miedo y comenzaron a gritarle a Jesús, quien estaba durmiendo en la parte de atrás del bote. Le pedían desesperadamente que los ayudara. Jesús simplemente se levantó, le ordenó al viento que dejara de soplar; ¡y el viento obedeció! ¡Asombroso!
Yo a veces me preocupo por las cosas que me pasan en la vida, y seguramente tú también. Cuando te sientas así, recuerda esto: Si Jesús puede parar una tormenta, también puede resolver tus problemas. Así que pídele a Jesús que te ayude, y él detendrá cualquier «tormenta» que llegue a tu vida.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

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