sábado, 22 de diciembre de 2012

ÉL LO CONOCE TODO


Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (Jeremías 33:3)

Era un viernes por la noche. Aquel día se había celebrado el primer acto de la graduación de la maestría de mi papá. Todos estábamos muy felices. Después de participar en un ensayo nos dirigimos al lugar donde nos estábamos hospedando. En el camino, mi hermano y yo íbamos conversando con nuestros padres. De repente observé que una moto pasaba en forma alocada frente a nuestro auto. Mi papá la esquivó, pero al segundo vi venir otra moto que parecía nos iba a impactar por el lado derecho, donde estaba mi hermano, así que lo halé hacia mí y lo abracé. Recuerdo el momento cuando el timón de la moto destrozó el vidrio de la puerta. Mi papá, al voltear, no vio a mi hermano y comenzó a preguntar dónde estaba. El conductor de la moto que nos había impactado estaba borracho y no llevaba casco.
Comencé a llorar y a cuestionar a Dios. Yo le preguntaba por qué había permitido que ocurriera aquel accidente en un día en el que estábamos tan felices. Mientras veía la angustia de mis padres y la desesperación de mi hermano, clamaba a Dios preguntándole por qué había sucedido aquello. Durante muchos días estuve resentida con Dios, creyendo que él habría podido evitar aquel choque. Sin embargo, varios días después comprendí que Dios nos había salvado. Ninguno de nosotros tenía ni un rasguño. Dios había permitido que mi papá pudiera esquivar la primera moto y evitar que la segunda nos impactara de frente. Comprendí que Dios a veces permite que sucedan cosas por la imprudencia o maldad de quienes nos rodean; pero en su infinito amor se encarga de enviar a sus ángeles para que nos protejan. Quizá te hayas hecho la misma pregunta que yo me hice aquella noche: «¿Por qué, Señor?». No te impacientes por encontrar la respuesta, tan solo recuerda: Dios te ama con un amor infinito. Cuando permite que te suceda algo es con un propósito. El promete que estará a nuestro lado y que no nos dejará.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Josenny Littney Rodríguez Páez

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