sábado, 22 de diciembre de 2012

¿ALGÚN DÍA?


No tengas miedo, yo te ayudo. Isaías 41:13

En su libro Doy by Day, (Día a día), el gran erudito inglés William Barclay cuenta que cierto día estaba lavando su automóvil cuando se le acercó una niñita. Miró con atención un cepillo que estaba usando Barclay e inmediatamente inició una conversación.
—Mi papi también tiene un cepillo como ese para limpiar autos.
—¡Qué bueno! —respondió Barclay—. ¿Y qué clase de auto tiene tu papi?
—Él todavía no ha comprado un auto —respondió la niña con cierto aire de orgullo— ¡pero ya tiene el cepillo para limpiarlo!
Me gusta la actitud de la niña. Su papi no tiene un automóvil todavía, ¡pero ya tiene el cepillo para limpiarlo! Esa es la actitud de quienes logran abrirse paso en la vida. Es la actitud de la gente que en el presente no tiene todo lo que quiere, pero que comienza a trabajar con lo que tiene. Que sueña con cosas grandes para mañana, pero comienza a buscarlas hoy.
Muchos, sin embargo, ven pasar los días, y aun los años, mientras esperan o sueñan con lo que podrían lograr algún día. «Algún día realizaré algo grande». «Algún día aprenderé a tocar bien mi instrumento musical favorito». La lista es interminable. No hay nada malo en soñar con grandes ideales. Pero la pregunta importante aquí es: ¿Qué estoy haciendo ahora mismo para que mis sueños se conviertan en realidad algún día?. ¿Qué estoy haciendo con las 24 horas que tengo? ¿Con los talentos que poseo? ¿Con los recursos que el Señor me ha dado?
No sé cuáles son los ideales que tienes para tu vida, pero una cosa es cierta: si quieres lograrlos, no te limites simplemente a acariciar sueños, o a lamentar lo que te impide lograrlos. Más bien, echa mano de lo que tienes. Es verdad, no tienes todos los recursos económicos que quisieras, ni todas las habilidades que desearías, pero ¡algo tienes! Posees talentos, fuerzas, entusiasmo, gente que te aprecia y un amante Padre celestial que te creó con un propósito y que siempre te ayudará para que ese propósito se haga realidad.
Entonces, mi amigo, mi amiga, ¡comienza a realizar tus sueños hoy! Recuerda que nada te será imposible, si Dios está contigo.
Padre amado, con tu bendición, hoy quiero comenzar a hacer realidad los sueños que tienes para mi vida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

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