viernes, 22 de febrero de 2013

PIEDAD CON CONTENTAMIENTO


¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Lucas 18:24.

Estas palabras del Salvador tienen un significado profundo y merecen nuestro estudio más ferviente... Muchos que poseen grandes riquezas las han obtenido por medio de tratos ventajosos, beneficiándose a costa de otros seres humanos; y se ufanan de su astucia para cerrar un trato. Cada dólar obtenido de esa manera y su ganancia trae sobre sí la maldición de Dios...
Hombres y mujeres ricos han de ser probados más de lo que ya han sido. Si pasan la prueba, y eliminan las manchas de la deshonestidad y la injusticia de su carácter, y como mayordomos fieles le rinden a Dios lo que es suyo, a ellos se les dirá: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mat. 25:21).
"Ningún siervo puede servir a dos señores —dijo Cristo—; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro"... Cuando los fariseos, que eran avaros, escucharon estas cosas, se burlaron de él. Pero dándose vuelta hacia ellos, Cristo dijo: "Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación" (Luc. 16:13,15).
Al escribirle a su hijo en el evangelio, Pablo dice: "Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores" (1 Tim. 6:6-10).
Pablo quería imprimir en la mente de Timoteo la necesidad de dar una instrucción tal que eliminara el engaño que tan fácilmente se introduce en los ricos, de que debido a su riqueza son superiores a otros que no tienen tantas posesiones como ellos. Suponen que sus ganancias son muestra de piedad...
Hay intereses elevados y santos que requieren de nuestro dinero, y el dinero invertido en estos le rendirá al dador un gozo más elevado y permanente que si hiera gastado para la gratificación personal o acumulado egoístamente por avaricia o ganancia. Review and Herald, 19 de diciembre de 1899.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

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