domingo, 17 de marzo de 2013

¡ANTES DE COSECHAR, SIEMBRA!


El malvado tiene ganancias ilusorias; el que siembra justicia asegura su ganancia. Proverbios 11:18.

Los agricultores saben que una buena cosecha dependerá en gran medida de la siembra. Cuando la semilla es de calidad y el terreno ha sido bien preparado, seguro que la cosecha será buena. Las semillas han de seleccionarse cuidadosamente. Para un buen cultivo y una excelente cosecha, es necesario que tengan cierta tolerancia al calor y al frío, que puedan resistir las sequías y las plagas, e incluso el daño que algunos pájaros pueden causar. Por supuesto, los surcos en la tierra deben estar bien hechos y abonados adecuadamente.
En la cosecha de la vida sucede algo parecido. Los valores y los principios eternos son las semillas que ponemos en el surco de la vida y que, con el paso del tiempo, germinarán y darán una excelente cosecha. Al final de nuestra vida en esta tierra, obtendremos la primera cosecha, y la última y definitiva llegará cuando recibamos de las manos del Señor la corona de la vida eterna.
Amiga, hoy es tiempo de sembrar. Hagamos surcos bien trazados y escojamos las mejores semillas. La semilla de la bondad, que es una disposición intencionada a hacer el bien, te hará cosechar el aprecio de los demás. La semilla de la perseverancia te hará ser paciente aun cuando la tentación esté cerca. La semilla del cuidado de la buena alimentación te dará una vida plena sin complicaciones médicas. La semilla del deseo insaciable de la lectura de la Palabra del Señor te dará sabiduría en tu caminar.
Si siembras en el corazón de tus hijos semillas de rectitud, desechando la mentira y la deshonestidad, cosecharás respeto. Si pones en el corazón de tu esposo semillas de comprensión y amor, cosecharás felicidad matrimonial. Si siembras generosidad en el trato con el prójimo, tu cosecha será abundante y de primera calidad. La Palabra de Dios nos asegura: «La mujer bondadosa se gana el respeto [...]. El que es bondadoso se beneficia a sí mismo; el que es cruel, a sí mismo se perjudica» (Prov. 11:16-17).
Por el contrario, si siembras intolerancia, impaciencia, falta de simpatía, preocupación y descontento, tu cosecha será pobre y los frutos serán amargos e incluso venenosos. Hoy es el día de sembrar. ¡Pon en los surcos las mejores semillas y ten la seguridad de que tu cosecha será una gran celebración!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

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