jueves, 1 de diciembre de 2011

ESPERANDO SU RETORNO

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:3.

El evangelista y pastor Rene Sand, en una de sus últimas charlas nos dijo: "Jóvenes, ustedes tienen la oportunidad de terminar lo que yo creí que haría. Trabajen, esfuércense por hacer crecer sus iglesias, prediquen el evangelio. Dentro de pocos días voy a jubilarme. Siempre creí que Jesús vendría antes de mi jubilación. Esfuércense al prepararse para que Jesús venga en sus días y vean el cumplimiento de esa grandiosa promesa que le da sentido a nuestras vidas".
Mientras lo escuchaba, traté de "ponerme en sus zapatos". Me imaginé jubilado, con más de sesenta años, con hijos grandes, incluso con nietos. Lo que no podía imaginar era qué clase de mundo tendríamos entonces. Porque así como la ciencia, la tecnología y las comodidades han aumentado, también ha aumentado la corrupción, el crimen, la violencia, la inmoralidad y el fraude. ¿Podrá este mundo corrompido durar otros diez años? ¿Durará veinte? ¿Tardará Jesús treinta años en cumplir la promesa que les hizo a los apóstoles en el aposento alto? (Entonces ya estaré jubilado.)
Durante este mes analizaremos varias profecías relacionadas con la segunda venida de Cristo, una promesa bíblica vital y penetrante, que cuando se la acepta con fe trasciende toda otra razón de la existencia.
Primero comentaremos las profecías sobre las calamidades y el comportamiento humano, que anticipan el pronto regreso de Jesús. Luego veremos lo que la Biblia enseña sobre la venida visible de Cristo en gloria y poder. Por último, analizaremos los versículos referentes a la vida en la tierra nueva a la Nueva Jerusalén y la vida eterna en un mundo sin pecado ni corrupción.
¿Estás preparándote para ver a Jesús? ¿Está tu vida en armonía con los principios bíblicos y lista para el traslado al cielo? Si Jesús cumpliera hoy su promesa, ¿te contarías entre los redimidos? No esperes a ser un cristiano "perfecto", no le dejes al tiempo el abandono de un pecado acariciado ni mires al futuro pensando: "Jesús tardará en venir". Hoy mismo, antes de cualquier actividad, inclínate ante su presencia y entrégale tu corazón. Ruégale que transforme tu carácter. Dile que eres suyo y que anhelas vivir con él por la eternidad, y esa oración de fe cambiará en ti lo que tú mismo no puedes cambiar.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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