sábado, 13 de julio de 2013

EL SEÑOR ESTÁ EN ESTE LUGAR

Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Génesis 28:16.

Jacob se despertó con un sentido solemne de la presencia de Dios… El plan de salvación le fue revelado a través del Espíritu de Dios; no enteramente, sino las partes esenciales para su conocimiento. El tiempo del primer advenimiento de Jesús todavía estaba en un futuro distante, pero Dios no permitiría que su siervo permaneciera sin saber que se había provisto un Abogado a los hombres y las mujeres pecadores para con el Padre.
Hasta el tiempo de la rebelión del hombre contra el gobierno divino, había existido libre comunión entre Dios y el hombre. Pero el pecado de Adán y de Eva separó la tierra del cielo, de manera que el hombre no podía ya comunicarse con su Hacedor, por mucho que lo deseara. No podía escalar los bastiones del cielo y entrar en la ciudad de Dios, porque allí no puede entrar nada que contamine. La escalera representa a Jesús, el medio señalado para comunicarnos con el cielo. Si no hubiese salvado por sus méritos el abismo producido por el pecado, los ángeles ministradores, que ascienden y descienden tal escalera no habrían podido tratar con los pecadores.
Todo esto se le reveló a Jacob en su sueño. Aunque su mente comprendió en seguida una parte de la revelación, sus grandes y misteriosas verdades fueron el estudio de toda su vida, y las fue comprendiendo cada vez mejor. La escalera mística que se le mostró en su sueño fue la misma a la cual se refirió Cristo, en su conversación con Natanael. Dijo el Señor: “De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre” (Juan 1:51).
La obra de nuestra vida se encuentra en comenzar en el peldaño más bajo de la escalera y ascender hacia el cielo paso a paso… Ascendemos por medio de pasos sucesivos. Cuando soltamos un peldaño, es para aferramos de uno más arriba. Así, la mano constantemente se extiende hacia arriba en niveles sucesivos de gracia, y los pies se plantan en un peldaño tras otro, hasta que finalmente se nos administre una entrada abundante en el Reino de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo -Signs of the Times, 31 de julio de 1884.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

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