martes, 13 de agosto de 2013

JESÚS ERA DE NAZARET

¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Juan 1:46.

Los primeros treinta años de la vida de Cristo transcurrieron en la oscura aldea de Nazaret. La maldad de los habitantes de esta aldea era proverbial; he aquí la pregunta de Natanael: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” Poco dicen los evangelistas en cuanto a la vida temprana de Cristo. Exceptuando un breve relato de su ida a Jerusalén en compañía de sus padres, tenemos solo la sencilla declaración: “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Luc. 2:40)…
Los niños y jóvenes están frecuentemente colocados en un ambiente que no es favorable para la vida cristiana, y ceden fácilmente a las tentaciones, alegando como excusa por su conducta pecaminosa, que el ambiente es desfavorable para ellos…
Cristo recorrió el camino más desparejo que hayan de transitar alguna vez los niños y los jóvenes. No le tocó en suerte una vida de abundancia e indolencia.
Sus padres eran pobres, y dependían de su trabajo diario para ganar el sustento; la vida de Cristo fue, por lo tanto, una vida de pobreza, abnegación y privaciones. Compartió con sus padres su vida de laboriosidad diligente.
Nadie será jamás llamado a perfeccionar un carácter cristiano bajo circunstancias más desfavorables que las que rodearon a nuestro Salvador. El hecho de que Cristo viviera treinta años en Nazaret, lugar del cual muchos consideraban una maravilla que saliese algo bueno, es un reproche para los jóvenes que piensan que su carácter religioso debe conformarse a las circunstancias. Si el ambiente de los jóvenes es desagradable y positivamente malo, muchos hacen de esto una excusa para no perfeccionar un carácter cristiano. El ejemplo de Cristo sería un reproche para la idea de que sus seguidores han de depender del lugar, la fortuna o la prosperidad para vivir vidas sin culpa. Cristo les enseñaría que su fidelidad haría honorable cualquier puesto, por humilde que sea, al cual los haya llamado la providencia de Dios…
Cristo soportó sin murmurar las pruebas y las privaciones de los que se quejan muchos jóvenes. Y esta disciplina es la experiencia que necesitan los jóvenes, la que dará firmeza a sus caracteres y los hará como Cristo, fuertes en espíritu para resistir la tentación… Orando diariamente a Dios, recibirán de él sabiduría y gracia para soportar el conflicto y las severas realidades de la vida, y salir victoriosos —Youth’s Instructor, 1 de marzo de 1872; también se encuentra en Mensajes para los jóvenes, pp. 76-78.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

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