lunes, 16 de mayo de 2016

QUE NO CUNDA EL PÁNICO

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Salmo 34:7.

Asustado por el enojo del Rey, David huyó a unas pocas millas de allí, a Nob, donde estaba el Tabernáculo. Ahimelec, el sumo sacerdote, vio la ansiedad escrita en el rostro de David y supo que algo andaba mal. Perplejo, preguntó sobre la misión de David. En su temor, David perdió su sostén en Dios y entró en pánico. “El rey me ha enviado en un asunto secreto”, mintió.
Muchos piensan que mentir es la única manera de manejar algunas situaciones. Pero, eso no necesariamente es verdad. Dios tiene miles de maneras de cuidar a sus hjjos si realmente creen en su habilidad para cuidar de ellos.
David le pidió al sumo sacerdote algo de comida, y lo único disponible en ese momento era el pan sagrado de la proposición, que era solo para que los sacerdotes comieran en el Lugar santo.
Luego, David vio a Doeg, el principal de los pastores de Saúl, quien había ido al Tabernáculo para cumplir sus promesas. Cuando David lo vio, se le paralizó el corazón. Era mejor era irse, ¿no? Pero, entonces, David recordó que se había olvidado de traer algún arma consigo. ¿Habría algo que Ahimelec le podría prestar? Sí. La única cosa que andaba por allí era la espada de Goliat, que había sido envuelta y guardada como una pieza de museo.
“No hay otra como esta”, gritó David. “Dámela”.
Corriendo tan rápido como pudo para estar lejos de los hombres de Saúl, David, imprudentemente, se volvió al enemigo de Israel por ayuda. Con los pulmones ardientes y una mente que temporariamente se había olvidado de Dios, corrió a la ciudad donde Goliat solía vivir. Cuando golpeó la puerta de la ciudad para entrar, los siervos del rey Aquis, rey de Gat, le recordaron al monarca que este era David, el que había matado a tantos filisteos.
Ahora el fugitivo estaba realmente asustado. El terror se apoderó de él, y pretendió estar loco. Golpeando la puerta con sus puños mientras babeaba por toda su barba, David actuó como un lunático. Aquis no quería a un hombre loco en los alrededores, así que David se fue apresuradamente.
Poco después, escribió sobre la bondad de Dios para con él aun cuando cometió estos dos errores en Nob y Gat. El texto de hoy fue escrito por un hombre que tuvo que aprender por el camino duro a confiar antes de que cundiera el pánico.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
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