sábado, 14 de mayo de 2016

SUPERANDO ETAPAS

Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí. Pablo de Tarso

Si Jesús te preguntara: “¿Cuán profundo es tu discernimiento espiritual? ¿Te parece que ya lo ves todo claro?”, ¿cuál sería tu respuesta? Acompáñame a leer en la Biblia Marcos 8:23-25, porque encierra una gran lección espiritual que quiero compartir contigo esta mañana.
“Jesús tomó de la mano al ciego y lo sacó fuera del pueblo. Le mojó los ojos con saliva, puso las manos sobre él y le preguntó si podía ver algo. El ciego comenzó a ver, y dijo: ‘Veo a los hombres. Me parecen como árboles que andan’. Jesús le puso otra vez las manos sobre los ojos, y el hombre miró con atención y quedó sano. Ya todo lo veía claramente”. Fíjate cómo son las cosas. Cuando estamos ciegos, antes de que realmente conozcamos el amor de Dios, Jesús nos toma de la mano, nos saca fuera de aquello que nos impide ver, e interviene en nuestra vida de la forma exacta que necesitamos para responder a él. A eso lo llamamos conversión. Esa es la primera fase de nuestro caminar cristiano; esa es la primera etapa de ese proceso de recuperar la visión espiritual, de pasar de la ceguera total al verdadero conocimiento de Dios. Y entonces, Jesús, a modo de oculista, examina nuestra visión y nos pregunta: “¿Puedes ver algo?”
Tenemos dos maneras de responder a esta pregunta: 1) “Sí, claro, soy adventista, guardo el sábado, tengo cargos en la iglesia, no soy una pobre ciega”; o 2) “Bueno, sí, desde que me tocaste la primera vez, hace años, he podido ir viendo y entendiendo muchas cosas a las que anteriormente estaba ciega; pero esos hombres de ahí me parecen como árboles que andan, así que no creo que haya alcanzado todavía la perspectiva completa de las cosas”. Con esta humildad respondió a Jesús el ciego de Betsaida, abriéndole el camino para que obrara en él una segunda fase del milagro de llevarlo a una visión más completa.
La lucha que tenemos es con nuestra propia visión de las cosas; esa es la piedra que hemos de apartar para que Jesús siga actuando en nuestra vida. ¿Estás lista para pasar a la siguiente etapa?
“Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara.

Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un dia conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí” (1 Cor. 13:12).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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