miércoles, 18 de mayo de 2016

TRABAJADORAS EN ACCIÓN

Tu Oración: Gracias, Dios, por dar a las abejas una casa y también a mí.

Versículo para hoy: “Los amorreos que vivían en aquellas montañas les salieron al encuentro y los persiguieron como abejas”. Deuteronomio 1:44.

Cada insecto tiene una casa diferente para vivir. Unos viven en el césped, otros entre las hojas o entre los huecos de los árboles. Pero las abejas construyen su casa. Se llama panal y lo fabrican con cera que ellas mismas secretan de su propio cuerpo. El panal está lleno de pequeñas habitaciones donde la reina deposita los huevos para que nazcan abejas nuevas.
En ese panal viven la reina, las obreras y los zánganos. La reina es la mamá de todas las abejas del panal. Las obreras se dedican a limpiar, cuidar y alimentar a la reina; también tienen el trabajo de buscar alimento y defender el panal de algún ataque.
Los zánganos son los machos y solamente ayudan a fecundar los huevos. Además de eso, no hacen nada. Realmente esas abejas machos son muy perezosas y no les gusta buscar su comida, así que las abejas obreras los expulsan del panal. Ahí el que no trabaja no come.

Un poquito de ciencia
Busca en enciclopedias o Internet cómo son los panales de las abejas. Observa cómo están hechas las celdas de esa casa, y cómo están depositados los huevos. Después dibuja en tu libreta de observaciones lo que más te gustó de la vida de las abejas y por qué.

Tomado de Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch
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