sábado, 29 de febrero de 2020

UNA GENEROSA DONANTE

«Fuerte como la muerte es el amor[...]. Sus brasas son brasas de fuego, potente llama» (Cant. 8: 6, RV95).

Sin saber si su hija deseaba o no ser donante de órganos, una mujer tomó la difícil decisión de donarlos. Con apenas diecinueve años, la joven aca­baba de fallecer y su madre, en las horas de mayor dolor de su vida, creyó importante hacer el bien, con el cuerpo de su hija, a alguien que necesitara un trasplante para sobrevivir. Las dos mujeres nunca habían hablado del tema pero, conociendo a su pequeña, la mamá creyó que hubiera estado de acuerdo con su decisión. Se llevó una hermosa sorpresa cuando, semanas después, en­contró la licencia de conducción de su hija, donde especificaba claramente que era donante de órganos. La bendición fue aún mayor cuando recibió la noticia de que los órganos de su hija habían salvado la vida a seis personas, entre ellas una niña de seis años y una mamá de diez hijos.
No hay nada tan duro como la muerte de un ser querido. No existe una píldora que pueda disipar el dolor que se siente. Pero la Biblia declara que así como la muerte es tan fuerte, también lo es el amor. El amor que nos lleva a tomar decisiones para el bien de otra persona a pesar de estar nosotras mismas sumidas en el peor momento de nuestra vida. Si podemos transformar la pro­funda tristeza que acompaña la muerte en la profunda felicidad que produce obrar por amor, podremos encontrarle mucho más sentido a la vida.
Obviamente, no encontraremos en la Biblia ninguna referencia a la donación de órganos, pues es una realidad muy moderna. Pero sí están las Escrituras llenas de pasajes sobre el amor al prójimo. «Los mandamientos dicen: "No cometas adulterio, no mates, no robes, no codicies"; pero estos y los demás mandamientos quedan comprendidos en estas palabras: "Ama a tu prójimo como a ti mismo"» (Rom. 13: 9). «Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna» ( Juan 3: 16). «Si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a otros» (1 Juan 4: 11).
Hoy que estás con vida, decide, por amor, ser donante de tu dinero, tu tiempo y tus talentos. Y, tal vez algún día, de lo que quede de ti que pueda ser de utilidad para la vida de otro ser humano.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
UN DÍA A LA VEZ
Patricia Muñoz Bertozzi
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020.

No hay comentarios:

Publicar un comentario