domingo, 20 de septiembre de 2009

SOLO LA FE PUEE DORMIR SIN PREOCUPACIONES

Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: «Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?» Marcos 4: 38

Ya conoces la historia. El mar tranquilo y seguro. La calma daba a los discípulos una sensación de seguridad mientras navegaban sobre el mar de Galilea. No sentían ningún temor. La serenidad de la superficie de las aguas les transmitía sentimientos de completa paz. No sentían ninguna preocupación. Pero de repente todo cambió dramáticamente. La frágil embarcación se vio agitada por una de las típicas y repentinas tormentas del mar de Galilea. Los fuertes vientos levantaron grandes olas que pusieron inmediatamente en peligro la embarcación. La paz y la seguridad desaparecieron. El terror se apoderó de los doce discípulos. Los gritos de temor se mezclaron con los gritos de frenética actividad para tratar de salvar la barca y sus vidas. Lucharon como siempre lo habían hecho, para salvarse. En su lucha y desesperación para salvarse a sí mismos, olvidaron que Jesús iba con ellos en la barca. Pero Jesús dormía tranquilamente. ¿Has pensado alguna vez en esta circunstancia? ¡Dormir en medio del fragor de los truenos, los relámpagos, las olas y los gritos de aquellos doce hombres! ¡Y de la espuma producida por el agua que azotaba a la embarcación y que sin duda lo mojaba a él! Pues sí, a pesar de todo eso, Jesús dormía. Solamente la fe es capaz de dormir sin temor ni preocupaciones. La fe se aferra a la seguridad de Dios. La fe le toma la palabra a Dios. La fe mira más allá de las circunstancias. La fe ve una salida más allá del oscuro túnel del dolor y la prueba. Los discípulos estaban aterrorizados mientras Jesús dormía. Solamente la fe es capaz de vencer el temor. La fe de Daniel venció el temor a los leones. La fe de José venció el temor al pozo de la desesperación, a la prisión y a la muerte, que eran la suerte de un esclavo. la fe de David venció el temor al gigante Goliat. La fe de la viuda de Sarepta venció el temor al hambre y a la muerte. El cristiano de fe no depende de las circunstancias. Cree cuando el mar está sereno y las condiciones son favorables; y cree cuando sopla airada la tempestad. El cristiano dice: «En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado» (Sal. 4: 8). En el caso de nuestro Señor, ese pasaje podría parafrasearse así: Aunque sople airada la tempestad y retumben los truenos y me moje el agua, en paz me acostaré y asimismo dormiré». Digamos nosotros lo mismo hoy, no importa la tempestad que nos amenace.

Tomando de la Matutina Siempre Gozosos.

sábado, 19 de septiembre de 2009

EL PERDÓN, UN OASIS PARA EL CRISTIANO

Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados (Salmo 32: 1).

El espíritu santo es nuestro ayudador para convencernos de que hemos pecado y que necesitamos perdón. En el mundo actual es tan fácil que pensemos que estamos bien, que no hay nada de qué preocuparnos y mucho menos de qué arrepentimos, ya que nos hemos acostumbrado a convivir con el pecado y las cosas que antes nos parecían pecaminosas ahora las aceptamos y las toleramos. Es por eso que es muy importante que le pidamos al Espíritu Santo que no nos deje tranquilas; que sacuda nuestras conciencias, nos renueve y nos haga conscientes de nuestras faltas y la necesidad que tenemos de humillarnos y pedir a Dios. A algunas de nosotras el Señor nos ha dado el privilegio de ser madres para que podamos comprender un poco mejor el tema del perdón. Los hijos muchas veces se tropiezan y caen, cometen errores y nos entristecen, pero las madres los seguimos queriendo, los perdonamos por el amor que les tenemos y, en oración, los ponemos en las manos de Dios para que él los ayude y los guíe. Cuando nuestro corazón se doblega y derramamos lágrimas por nuestros hijos, yo medito y pienso que nuestro Padre celestial nos tiene mucha paciencia, pues a pesar de que muchas veces le fallamos, él nos busca y derrama lágrimas por nosotros. Nuestro Dios nos llama a acercarnos a sus pies y contemplar todo lo que él ha hecho por nosotras para que seamos salvas; además, nos otorga el oasis del perdón para que en nuestro camino por esta tierra, que es como un desierto, dejemos nuestras cargas a sus pies y confesemos nuestros pecados. El camino a Canaán está lleno de problemas y dificultades entre los seres humanos. Pero el perdón es un remedio efectivo para nuestras dificultades interpersonales. Hoy te invito a disfrutar del gozo de recibir el perdón y de perdonar a los demás.

Alba de Collins
Tomado de Manifestaciones de su amor.

UNA LECCIÓN EN SPACE MOUNTAIN

La maldad habla al malvado en lo íntimo de su corazón. Jamás tiene él presente que hay que temer a Dios. Salmo 36:1

Ayer te hablé de cuando nos pusimos a la cola de Space Mountain. Hoy quiero hablarte de la lección que aprendí cuando, finalmente, conseguí subir a ella. Primero tienes que saber que no me gustan las alturas. Cuando tenía catorce años me subí a una pequeña noria y me asusté tanto que grité hasta que el asistente me permitió salir. Así que ya puedes ver que nunca debí dejar que mis amigos me hablasen maravillas de Space Mountain. Después de guardar una cola que se nos hizo eterna, finalmente, llegamos a la puerta. Tom y yo entramos en uno de los pequeños cohetes y el asistente nos abrochó el cinturón de seguridad. Hasta aquí, todo bien. Pero tan pronto como empleado soltó el freno y empezamos a movernos, decidí que no quería montar en Space Mountain. —¡Pare! ¡He cambiado de opinión! Antes lo hubiese hecho. Las guías que tenía debajo desaparecieron y salí catapultada hacia el más aterrador minuto de mi vida. Pienso que aquí tengo una importante lección espiritual. Cuando estaba en la noria, podía salir sin mucha dificultad. Pero una vez que me monté en la atracción de Disney World, mi libertad había desaparecido. Me gustase o no, iría donde fuese el cohete. Satanás quiere que pensemos que podemos coquetear con las sustancias adictivas y alejarnos de ellas siempre que queramos. Pero el alcohol, los cigarrillos y las drogas tienen la manera de quedarse con nuestra vida. Antes de que nos demos cuenta habremos perdido el control y, lo que es peor, ellos nos controlarán a nosotros. Cada vez que tomes la decisión de abstenerte de sustancias dañinas te proteges de la adicción y el sufrimiento. Las personas más afortunadas no son las que han conseguido dejar de fumar, de beber y de tomar drogas, sino las que fueron suficientemente sabias para no empezar nunca.

Tomado de la Matutina El Vieja Increíble.

AGRADA A DIOS AQUI Y AHORA

Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11: 6

Todos estamos familiarizados con aquel dicho que dice: «Ver para creer», Pero en el lenguaje de Dios es todo lo contrario, por lo cual el dicho diría «Creer para ver». Por eso, como en el cielo todo el mundo verá bien, no si será necesaria la fe. Pero aquí, es imposible agradar a Dios sin este elemento tan importante. El apóstol presenta varios ejemplos de los ilustres personajes que tuvieron verdadera «fe». Abel, el justo; Enoc, el que fue traslado al cielo sin ver la muerte; Noé, varón perfecto en su tiempo; Abraham, el padre de la fe; Isaac, el pacificador; Jacob, el vencedor de Dios y de los hombres; Sara, la princesa feliz; José, la rama fructífera; Moisés, el gran conductor de pueblos; Rahab, la ramera convertida; y muchos otros, que agradaron Dios porque tuvieron fe. ¿Por qué es imposible agradar a Dios sin fe? Un ejemplo de esto son Abel y Enoc: Abel fue justo y Enoc caminó con Dios. Sin fe no habrían podido dar semejante testimonio. Lo mismo debemos hacer nosotros. No tanto esforzarnos por ser justos y caminar con Dios, como hicieron estos héroes, sino viviendo por fe, como ellos vivieron, para poder agradar a Dios como ellos lo hicieron. También la creencia en la existencia de Dios es producto de la fe. Solo por la fe puede vivir el cristiano sirviendo a un Dios a quien no puede ver. Sin fe es imposible servir a Dios. Pero el cristiano que tiene fe no solo cree en la existencia de Dios; sino que para él es más real que si lo hubiera visto. Por eso dice San Pablo: «Porque por fe andamos, no por vista» (2 Cor. 5: 7). La vista es un estorbo para el cristiano. La fe es más segura para «andar con Dios», como lo hicieron todos los héroes de la fe. También es importante creer en el galardón que Dios tiene preparado para sus hijos fieles. Los hombres de fe tienen «la mirada puesta en el galardón», como Moisés (Heb. 11: 26). El mayor galardón que los héroes de la fe (nosotros entre ellos) recibirán es que «verán su rostro y su nombre estará en sus frentes» (Apoc. 22: 4). La fe es una de las cosas que más agradan a Dios. Y, por supuesto, los hombres y las mujeres de fe son sus favoritos. La fe es algo que tenemos el privilegio de poner en práctica aquí y ahora. Decide hoy vivir por fe para agradar a Dios.

Tomando de la Matutina Siempre Gozosos.

viernes, 18 de septiembre de 2009

EL PERDÓN DE JESÚS

Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen (5. Lucas 23: 34).

Cómo reaccionas cuando alguien te ha ofendido? Quizá, depende el ánimo en el que te encuentres, dices: «¡Qué lástima! ¡Nunca me imaginé que me pagaría de esta manera! ¡Voy a dejar que pasen las cosas y luego hablaré con ella!» O quizá: «¡Me tendrá que escuchar! ¡Esto no se va a quedar así! ¡Voy a aclarar las cosas! ¡Ya verá lo que significa meterse conmigo!»
¿Cuántas expresiones te vienen a la mente cuando alguien te ha ofendido? Si somos sinceras no es fácil reaccionar de la manera más serena. El enojo y la ira están listos para desbordarse. ¡Cómo quisiéramos tener a la persona de frente para decirle su merecido! Con esta actitud cotidiana, ¿cómo reaccionamos ante el acto de perdonar? ¿Cuan difícil es para ti y para mí otorgar el perdón a aquellos que nos han ofendido?
La reacción de Jesús ante aquellos que lo escupieron y lo abofetearon, ante los que lo azotaron y lo crucificaron, fue muy especial: ¡Rogó a su Padre que los perdonara! Si alguien tenía derecho a pedir que Dios lo vengara era Jesús mismo. «El Salvador no dejó oír un murmullo de queja. Su rostro permaneció sereno. Pero había grandes gotas de sudor sobre su frente. No hubo mano compasiva que enjugase el rocío de muerte de su rostro, ni se oyeron palabras de simpatía y fidelidad inquebrantable que sostuviesen su corazón humano [...] No invocó maldición alguna sobre los soldados que le maltrataban tan rudamente. No invocó venganza alguna sobre los sacerdotes y príncipes que se regocijaban por haber logrado su propósito [...] Solo exhaló una súplica para que fuesen perdonados, "porque no saben lo que hacen"» (El Deseado de todas las gentes, p. 693).
Este mismo Jesús es el mismo que ahora ministra en el cielo en nuestro favor y está deseoso de que nuestros pecados sean perdonados. ¿Aceptarás el perdón? ¿Perdonarás al que te ha ofendido? Ésa es mi invitación esta mañana. ¡Que el Señor nos ayude!
Leticia Aguirre de De los Santos
Tomado de Manifestaciones de su amor

EL ASPECTO ES ENGAÑOSO

Jesús les contestó: «Tengan cuidado de que nadie los engañe». Marcos 13:5

Montemos en la Sfiage Mountain—dijo Jeff. Estaba ansioso por subir en la famosa atracción de Disney World. Los Hocking, los Wyatt y los Coffee pasábamos juntos las vacaciones. Ya habíamos subido en los barcos de It's a Small World y visto el Country Bear Jamboree. Pero ahora había llegado el momento de algo más emocionante. Greg buscó en el plano y todos nos dirigimos a Space Mountain. Cuando llegamos, nos tranquilizó ver que la cola no era demasiado larga. —Me han dicho que algunos días la gente tiene que esperar en la cola durante más de una hora -dijo Greg—. Cuesta pensar que vale la pena teniendo en cuenta que el Hayedo dura solo unos dos minutos. Avanzamos al paso de la cola. —Un minuto más y ya está —dijo Jeff. Pero cuando dimos la vuelta a la esquina, de repente, delante de nosotros había cientos de personas (o al menos así nos lo parecía). Lo que pensamos que era una cola corta, en realidad era una ilusión óptica. Los gerentes de Disney World se han ingeniado un sistema muy astuto para hacer que las colas parezcan más cortas de lo que en realidad son. Con el pecado, Satanás también usa ilusiones ópticas. Se asegura de que no consigamos ver la Imagen real de los resultados del pecado. Pocos nos pondríamos a la cola para seguirlo si pudiésemos ver el dolor y la decepción que siempre acompañan a sus tentaciones. La gente que ha sido engañada por Satanás dice cosas como: «Jamás pensé que Acabaría así». «No era mi intención». «Si lo hubiese sabido...» La Biblia está llena de historias de personas que creyeron los engaños de Satanás. Aprende de sus errores y mantén los ojos puestos en Jesús.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

LA DISCIPLINA DE LA LENGUA

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29

Solemos hablar de la disciplina personal, de la de los hijos, de la eclesiástica..., pero hablamos muy poco de la disciplina de la lengua. Sin embargo, ¡cuánta necesidad tiene el mundo de una disciplina de la lengua! Santiago dijo que una lengua indisciplinada es «un mundo de maldad» (Sant. 3: 6). Nuestra lengua debe ser disciplinada para que no pronuncie palabras falsas, airadas, mentirosas, corrompidas, innecesarias, blasfemas y de juicio y condenación hacia los demás. En cambio, la lengua también debe ser disciplinada para que pronuncie palabras que edifiquen a los demás y que den gracia a los oyentes, como dice nuestro versículo de hoy. Otra vez cabe consignar aquí las instrucciones que nuestro Señor dio en el Sermón del Monte, que, según todos los cristianos aceptamos, es la ley fundamental del reino de Dios: «Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede» (Mat. 5: 37). La solemne amonestación de Jesús está en armonía con la literatura sapiencial del Antiguo Testamento. Proverbios 13: 3 afirma: «El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad». Nuestro Señor dijo que todo lo que digamos después de decir «Sí», o «No», ya tiene un mal origen. Y Salomón dice que quien abre mucho sus labios (para hablar, por supuesto) «tendrá calamidad». Por eso, el rey sabio aconsejó: «No dejes que tu boca te haga pecar» (Ecl. 5. 6). No es posible ponderar en exceso la gravedad de hablar demasiado. La persona que habla demasiado se expone a muchos errores, de muchos de los cuales solo se enterará cuando ya sea demasiado tarde. El que habla mucho no se da cuenta de que va dejando una ola de heridas por el camino que transita, y tarde o temprano lo alcanzará la «calamidad». La persona que disciplina su lengua tiene grandes ventajas. Se librará de muchos problemas ahora y en la eternidad. Uno de los peligros es dañar a las criaturas de Dios. Las palabras descuidadas podrían afectar y dañar a esas personas, que son el proyecto de Dios. Decide hoy no hablar mal de otros, juzgarlos y condenarlos. Entonces en la comunidad cristiana fluirá el gozo. Muchas cosas buenas ocurrirán en tu relación matrimonial, en la iglesia y en tu lugar de trabajo si disciplinas tu lengua. Si así lo haces, todas tus palabras serán edificantes y llenarán de gracia y de gozo el corazón de todos los que las escuchen.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

jueves, 17 de septiembre de 2009

LA DULCE SEGURIDAD DEL PERDÓN

Pero en ti se halla perdón, y por eso debes ser temido (Salmo 130: 4).

Cuando pensamos en nuestro Padre celestial como un ser perdonador y hacedor de maravillas nuestro corazón se llena de agradecimiento. Las palabras registradas en S. Lucas 23: 34: «Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen», nos recuerdan las muchas ocasiones en las que pedimos a nuestro Dios ponga en nuestro corazón el deseo de perdonar y tengamos el valor de decir: «Te perdono». Esta mañana quiero invitarte a experimentar el gozo de otorgar el perdón a quienes te han ofendido o herido. La Palabra de Dios afirma la importancia de perdonar a los hombres sus ofensas, así como él nos perdona las nuestras. Sin duda alguna el poder de otorgar el perdón trae a tu corazón paz, alegría y gratitud. No luches sola por la vida al llevar la pesada culpa de no haber perdonado.
Elena G. de White comenta: «La carga de pecado, con su intranquilidad y deseos no satisfechos es el fundamento de sus enfermedades. No pueden hallar alivio hasta que vengan al Médico del alma. La paz que él solo puede dar, impartiría vigor a la mente y salud al cuerpo [... ] Jesús vino para "deshacer las obras del diablo" [...] Él es un "espíritu vivificante". Y tiene todavía el mismo poder vivificante que, mientras estaba en la tierra, sanaba a los enfermos y perdonaba al pecador. Él "perdona todas tus iniquidades", él "sana todas tus dolencias"» (El Deseado de todas las gentes, p. 236).
Debemos creer que nuestro Dios tiene poder para perdonar cualquier pecado por pequeño o grande que éste sea. Es mi deseo que hoy encontremos alivio perdonador en nuestra vida, y que el mismo «poder vivificante» que se manifestó en antaño sea una realidad hoy en nuestras vidas y experimentemos la dulce seguridad de su perdón.
Doralí Santos de Hernández
Tomado de Manifestaciones de su amor