jueves, 20 de agosto de 2009

LA IMPORTANCIA DE LOS BUENOS PROPÓSITO

Por eso oramos siempre por vosotros que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamado, y mediante su poder cumpla todo buen propósito vuestro y todo acto impulsado por vuestra fe. 2 Tesalonicenses 1:11

Este texto tiene una lección para nosotros hoy. Primero, el apóstol ora para que los tesalonicenses sean dignos del llamado de Dios. Dios nos llama a una vida santa, a salir del mundo y a estar separados de él. Nosotros debiéramos ser dignos de ese llamamiento. Pero también pide a Dios que se cumpla el buen propósito del corazón de los tesalonicenses. Aquí se refiere a todo buen deseo de los hijos de Dios. Pablo ora para que Dios «cumpla», es decir, lleve a término completamente, toda aspiración hacia el bien que experimenten sus conversos. Uno de los deseos mal arraigados de los cristianos, por el cual oran fervientemente, es ser hallados «sincero» e irreprensibles para el día de Cristo» (Fil. 1:10). Ese buen propósito lo cumplirá Dios con su poder cada día de nuestra vida. También existen los buenos propósitos y objetivos de la vida. Los cristianos tienen objetivos dignos en su trabajo, en su carrera, en su negocio, en su familia, en su matrimonio. Y Dios también quiere ayudarnos a alcanzarlos. ¿Cuáles son los objetivos tu vida, además de tus importantes objetivos espirituales? Ponlos ante Dios en oración Dios quiere ayudarnos a superarnos en este mundo, también en lo que respecta a los importantes asuntos de la vida humana. Al respecto, dice Leigh Steimberg en su libro Winning With Integrity [Ganar con integridad]: «Sea que usted represente a una empresa o que sea un empleado, un padre que está tratando con sus hijos, o un esposo o una esposa tratando con su cónyuge, antes de comenzar cualquier discusión que pueda llevar a una decisión efectiva, es sumamente importante sentarse y pensar cuidadosa y exactamente en lo que usted quiere. No en términos vagos. No en términos generales medio cocinados, sino tan precisa y específicamente como sea posible». ¿Ya has definido con toda precisión lo que quieres en la vida espiritual? ¿Qué tan claros son tus objetivos espirituales? ¿Ya sabes lo que quieres lograr en tu vida cristiana? ¿O son vagos y difusos tus objetivos en la lucha a muerte contra el pecado? Pablo tenía objetivos espirituales claros cuando dijo: «Trato severamente a mi cuerpo, y lo someto a disciplina, no sea que, habiendo predicado a otros, yo mismo venga a ser reprobado» (1 Cor. 9:27). ¿Y tus objetivos en la vida? Tu familia, tu carrera, tu negocio, tu oficio, ¿tienen objetivos bien definidos? Recuerda que Dios cumplirá con su poder «todo buen propósito vuestro».

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

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