miércoles, 30 de septiembre de 2009

RENDIR CUENTAS

A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 1 Pedro 4:4,5.

¿Sabías que Jesús siempre rendía cuentas a su Padre? Aunque era el Hijo de Dios, siempre se dejó llevar por los designios de su Padre, y rendía cuentas de todo cuanto hacía. Para ilustrar esto, el apóstol Pablo uso una frase en Romanos 15: 3: «Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo». En toda circunstancia, Jesús siempre buscaba la aprobación divina y se dejaba guiar por la instrucción del Espíritu Santo. Las palabras clave de su vida eran: «No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió», la del Padre. Es preciso que reconozcamos que Jesús hacía todas estas cosas porque, aunque era Dios, rendía cuenta de todo cuanto realizaba para demostrar una filosofía de vida que desea que adopte cada uno de sus hijos. Además, Dios quiere que entendamos que no solamente hemos de rendir cuentas ante Dios, sino también ante nuestros semejantes. En algunos versículos, que algunos prefieren evitar, encontramos que la Biblia es muy directa cuando habla de rendir cuentas. Jesús nos recuerda que «de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio» (Mat. 12: 36). Cuando aceptes verdaderamente este concepto de rendir cuentas, te prometo que sucederá algo: Tú cambiarás. Hacer de esto parte de nuestra filosofía de vida cambiará muchísimo la forma en que vivimos. Si verdaderamente creemos que hay un Dios que observa nuestras acciones y ante el cual un día no muy lejano tendremos que rendir cuentas, debemos genuinamente cambiar nuestra conducta, nuestra actitud y nuestras palabras. El creer que toda la Escritura es inspirada divinamente nos exhorta a tomar en serio los versículos que nos recuerdan que hay un Dios que observa cada cosa que hacen sus hijos. Sin embargo, lo cierto es que a muchos de los hijos de Dios no les gusta aceptar que esto sea una realidad. Quizás quisiéramos que este tipo de versículos no estuviera en la Biblia, pero la aceptación de que es así forma parte de humillarnos ante Dios y tomar su Palabra en serio. Rendir cuentas era una de las maneras en que Jesús obtenía su gozo. Me pregunto si hemos aprendido el gozo de agradar a Dios en todo cuanto hacemos. Quiera Dios que sus hijos vivan hoy una vida que traiga gozo al corazón de nuestro Padre celestial.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

1 comentario:

  1. Cuando aceptemos que todos los días de nuestra vida son un día de juicio y de rendición de cuentas, cambiaremos.

    ¡Saludos!

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