viernes, 16 de octubre de 2009

NO ES PRECISO OCULTARSE

Asi pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús. Romanos 8: 1

El padre de Cheng Guan Lim, un maestro de Singapur, quería que su hijo recibiese la mejor educación posible. Por eso, el Sr. Lim envió a su hijo a la Universidad de Michigan. Pero, por una razón u otra, Cheng no iba bien en la universidad. Después de suspender las asignaturas y abandonar los estudios, Cheng no podía enfrentarse a su familia. Así que, simplemente, desapareció. Nadie sabía qué había sido de Cheng. Sus familiares no sabían si estaba vivo o muerto. Pero Cheng estaba vivo y bien vivo. Había encontrado un escondite fantástico en un ático deshabitado de la Primera Iglesia Metodista de Ann Arbor. Durante los cuatro años que siguieron, Cheng no salió nunca de la iglesia ni se comunicó con otro ser humano. Por la noche, después que el personal de la iglesia se había marchado, saltaba a la comba y hacía ejercicio para mantenerse en forma. Cuando tenía hambre se tomaba algunos de los alimentos almacenados en la despensa de la iglesia. Llegó a usar guantes para no dejar huellas dactilares. Cheng pudo haber pasado el resto de su vida escondido del mundo. Pero un día se descuidó e hizo un ruido que escucharon algunos de los empleados de la iglesia. Llenos de sospechas, llamaron a la policía quien, investigando, descubrió al fugitivo de la universidad y supo cómo había convertido la iglesia en su propia prisión. Cheng tuvo miedo de ir a su padre y admitir su fracaso. La vergüenza hizo que despilfarrara cuatro años de su vida. ¿Alguna vez te sentiste demasiado avergonzado para acudir a Dios? ¿Sentiste que no te perdonaría porque habías cometido demasiados pecados? Cuando hagas algo mal, acude inmediatamente a Dios. No tienes que esconderte de él. Él nunca te rechazará ni te condenará por lo que hayas hecho. Deja que él cargue con tu yugo y te dé un nuevo principio.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

No hay comentarios:

Publicar un comentario