martes, 6 de octubre de 2009

UN CHAPUZÓN

Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. 1Pedro 5:8.

Ray Woods quería ser alguien. No era demasiado bueno en los deportes, así que pensó que se le ocurriría algún deporte en el que ganar notoriedad. ¡Saltaría desde los puentes! Fue a la ciudad de Nueva York y se fijó en el puente de Brooklyn. Trepó por encima del pasamanos y captó la atención de todos los que estaban cerca. Debieron pensar que se iba a suicidar. Pero en lugar de eso, hizo el salto del ángel y se zambulló en el agua. Ray entró bien en el agua y volvió a salir a la superficie. Al momento se convirtió en una celebridad. Por todo el país, las ferias le pagaban para que divirtiera al público con sus saltos. Pero cuando Ray quiso saltar desde el puente de la bahía de Oakland, en San Francisco, su historial de saltos espectaculares se vio manchado. Algo hizo que perdiera el equilibrio y cuando fue a entrar en el agua se rompió la espalda. Necesitó dos años para que sus heridas se sanaran, pero, tan pronto como lo hicieron, volvió a sus proezas. La fascinación de Ray por las alturas y el agua acabó de manera extraña. El 10 de abril de 1942 había salido a pescar en el río St. Johns, en Florida. Estaba de pie sobre el bote para desenredar el sedal de su caña. El bote se inclinó hacia un lado, Ray perdió el equilibrio, cayó en el río y murió ahogado. A veces, somos capaces de vencer los grandes desafíos que Satanás nos pone en el camino durante nuestro viaje increíble. Estamos muy alerta y preparados para resistir sus astutas tentaciones. Pero, a menudo, cuando estamos menos preparados, cuando pensamos que no corremos peligro, nos pesca. No bajes nunca la guardia. No pienses nunca que la tentación no puede alcanzarte. Los éxitos del pasado no aseguran el éxito en el futuro. Pide cada día el poder de Dios para alejarte de lo malo.

Matutina El Viaje Increíble.

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