jueves, 5 de noviembre de 2009

DULCES SUEÑOS

Señor, tú conservas en paz a los de carácter firme, porque confían en ti. Isaías 26:3.

Cuando tenia dieciséis años, nuestros vecinos , los Price, me permitían que me ocupara de sus hijos mientras salían por la tarde. Preparaba la cena para sus dos pequeños, Michelle y Corky. A las 8:00 los preparaba para ir a la cama. Luego, me estaba en el sofá y miraba la televisión.
Hacia las 10:00, empezaba a orar para que los Price regresaran a casa antes que fuera demasiado tarde. Yo siempre me iba pronto a dormir y me costaba mucho permanecer despierta después de la hora de acostarme. No quería que me encontraran dormida en el sofá. Por eso mantenía encendida la televisión. Y entonces es cuando empezaban las películas de terror.
Cuando más tiempo las miraba, más se agitaba mi imaginación. Finalmente, cuando regresaban los Price, yo corría hacia casa y mi iba a la cama Pero a menudo, las pesadillas me impedían descansar bien.
Entonces no lo sabía, pero mientras dormimos las cosas en que pensamos antes de acostarnos continúan dando vueltas por la cabeza. Si quieres disfrutar de un sueño placentero, alimenta tu mente con cosas positivas. La música tranquila e inspiradora te ayudará a relajare. Leer la Biblia u otras historias educativas te llenarán la mente de pensamientos sanos y positivos.
Algunos consideran que la hora de ir a la cama es el mejor momento para repasar los versículos de la Biblia que quieren aprender. También es un gran momento para hablar con Dios sobre cómo ha ido el día.
El sueño es un don maravilloso de Dios. Y puede ser aun mejor si llenas la mente con buenos pensamientos antes de apagar la luz.

Tomado de la Matutina El Viaje Increible.

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