martes, 10 de noviembre de 2009

NO TE RINDAS

Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1 Corintios 15:57

Durante la Segunda Guerra Mundial, las palabras de Winston Churchill inspiraron al pueblo británico a creer en la victoria. Observemos lo que dijo aquel gran político, militar e historiador.
«Ustedes preguntarán cual es nuestra política. Es hacer guerra por mar, tierra y aire, con todo nuestro poder y toda la fuerza que Dios pueda darnos […]. Ustedes preguntaran cual es nuestro blanco. Puedo responderles con una sola palabra: ¡Victoria! […] A toda costa, ¡victoria! A pesar de todo el terror, ¡victoria! Sin embargo, por largo y duro que pueda ser el camino, sin victoria no hay superviviente.
Debemos ir hasta el final, debemos pelear en Francia, debemos pelear en los mares y en los océanos, debemos pelear con confianza sea el costo, debemos pelear en las playas, debemos pelear en los lugares de aterrizaje, debemos pelear en el campo y en las playas, debemos pelear en las alturas, pero nunca, nunca, nunca, debemos rendirnos».
Hay momentos en la vida del cristiano en los que la batalla es tan difícil que parecería que rendirse es la única salida que nos queda. En tales momentos de zozobra, nos sentimos tentados a decir: «No puedo más. No puedo seguir en la iglesia», «No puedo más con este matrimonio», «No puedo más con esta tentación», «No puedo más con esta situación económica». Y casi estamos dispuestos a arrojar la toalla, con un patético «Me rindo».
Sin embargo, los hijos de Dios nunca deben rendirse. Después de todo, están en el lado ganador. Están con Jesús, quien nunca ha perdido una sola batalla. El apóstol Pablo afirma por experiencia propia que en Cristo no hay derrotas, solo victorias. El aposto de los gentiles fue perseguido, azotado, apedreado, encarcelado y amenazado de muerte, padeció hambre, sed, frio y desnudez, pero nunca se rindió. Sabía muy bien que en el diccionario cristiano no existen las palabras “derrota” ni “rendirse”, porque Cristo es la victoria del creyente.
Recuerda que no importa cuán malas pueden parecer las cosas hoy. La Palabra de Dios te dice: «Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides» (Deuteronomio 31:8). No te rindas.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

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