jueves, 10 de febrero de 2011

EL PACTO

Conoce, pues, que Jehová, tu Dios, es Dios, Dios fiel, que,guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta por mil generaciones. (Deuteronomios 7:9).

¿Has hecho algún pacto con tu Dios? Como expresa este versículo, él es fiel y constante en su pacto de amor. Para mí, no hay palabras que confirmen mejor el pacto de Dios que las registradas en Mateo 28: 20: «Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». El término «todos» me da una gran seguridad. Mientras mi corazón lata y en mi nariz haya aliento de vida, mi Dios estará conmigo. Eso no quiere decir que no voy a sufrir las consecuencias del pecado, sino que tengo a alguien que me ayuda a salir airosa de esas consecuencias.
No tenemos de qué preocuparnos con respecto al pacto que Dios ha hecho con nosotros, pero sí haríamos bien en detenernos cada día a meditar en cómo responderemos a ese pacto de amor de Dios. El ser humano está sujeto a constantes cambios. Nuestras promesas son demasiado frágiles. Cuando nos unimos en matrimonio, prometemos amar fielmente a nuestro esposo y asentimos ante las palabras del juez o del pastor oficiante. Sin embargo, la realidad cotidiana nos hace olvidar las palabras que una vez pronunciamos y actuar de manera muy diferente a lo prometido. Cuando entramos en las aguas bautismales, prometemos una vida de devoción al Maestro y, después de varios años, vemos que nuestra Biblia ha ido llenándose de polvo en un rincón. El constante romper de las furiosas olas diarias, nos hace caer en un sopor del cual parecemos no despertar.
¿Qué pacto has hecho con tu Dios? ¿Lo amas como él te ama a ti o tu amor está sujeto a las circunstancias que te rodean? Te invito a que hoy, antes de salir a enfrentar esas circunstancias, te detengas y confirmes tu pacto con el Señor. Eleva una oración para que tu pasado quede en sus manos, tu presente en su corazón, y tu futuro en su gloria.
El amor es una sólida roca que resiste todo vendaval.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

No hay comentarios:

Publicar un comentario