jueves, 31 de marzo de 2011

EL NOVIAZGO: UNA ETAPA DE ORO

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:12.

Este es el último día que hablaremos del "tiempo de amar", como lo es la adolescencia y la juventud, y no quiero hacerlo sin mencionar algunos aspectos que creo son necesarios recordar y tener en cuenta sobre el propósito del noviazgo.
Pregúntate, ¿para qué está el noviazgo? Enumera las razones por las que deseas, como la mayoría de las personas de tu edad, tener una persona especial.
¿Me permites darte algunas razones?
Una de ellas es para que te sientas completo como persona. A medida que creces en la vida, te irás dando cuenta que hay actividades que deseas realizar para sentirte satisfecho contigo mismo. Quizá cuando eras pequeño tus padres debían impulsarte y hasta presionarte para que estudiaras, pero con los años, tu madurez y experiencia te hicieron ver que el estudio es una parte importante en tu capacitación profesional, y ya no necesitaste que te dijeran: "debes estudiar". Lo hiciste porque deseabas sentirte realizado. De igual manera, el noviazgo ayuda a completar ese sentido de realización que llega a su climax en el matrimonio.
Otra de la razones es suplir una necesidad que Dios colocó dentro de ti. No es casualidad que sientas el deseo de dar y recibir amor, no es casualidad que con tus amigos y gente de tu edad, este sea casi el único tema de conversación; nuestro Creador puso esa característica propia en ti y para hacerla efectiva necesitas de otra persona. Sentirte querido y a su vez querer a un semejante es parte de la naturaleza humana.
La última razón que daré es que el noviazgo te ayudará a prepararte para el matrimonio. El noviazgo es una escuela y no es una cadena que te lleva obligadamente a formar un hogar. No debes casarte con una persona que tenga un carácter que no te agrade, hábitos perniciosos o simplemente te convenzas que no serás feliz con ella. Recuerda que los besos no son contratos, ni los abrazos compromisos. Si prevés que será un error continuar con él o con ella, ¡detente! Termina la relación lo antes posible.
Si bien Juan está hablando del amor al prójimo en general cuando nos dice que "Dios permanece en nosotros... si nos amamos unos a otros", sin lugar a dudas lo podemos aplicar también al noviazgo. Nuestro Padre también desea que expresemos su amor a través de la persona que queremos, y ese dar y recibir amor es un reflejo del amor que Dios da y que espera que nosotros también le manifestemos.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario