lunes, 4 de abril de 2011

CAMINAR CON JESÚS TODOS LOS DÍAS

Camino, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevo Dios. Génesis 5:24.

Otro de los grandes hombres de la Biblia que supo distinguirse como seguidor de Dios fue Enoc. En la Epístola a los Hebreos, Enoc forma parte de aquellos que tuvieron en alto el estandarte de la fe (Heb. 11:5), Judas lo llama profeta y enuncia una profecía dada por el sobre la segunda venida de Cristo (Jud. 14) y Lucas lo nombra en su genealogía para establecer la ascendencia humana de Jesús (Luc. 3:37).
Su nombre podría haber sido mencionado como el resto de la descendencia de Adán, pero dentro de la lista de los "engendro" de Génesis 5, se hace un alto para señalar que "camino Enoc con Dios" (Gen. 5:22).
Los dos primeros años de colegio secundario los realice en una institución que distaba 24 cuadras de mi hogar. Como el dinero no sobraba y detrás mío habían tres hermanos que demandaban los mismos cuidados que había requerido yo, la situación económica me obligó a prescindir de los medios de transporte y a caminar diariamente esas 24 cuadras. En ese colegio conocí a Juan Manuel, un buen compañero, con quien forme una gran amistad con el paso de los días. Era poco el tiempo que nos veíamos fuera del aula, y como nuestros hogares quedaban relativamente lejos pero en la misma dirección, comenzamos a caminar juntos al terminar cada Jornada de estudio.
Así cultivamos nuestra amistad, y aún hoy recuerdo con mucha nostalgia las largas conversaciones que manteníamos en los 30 minutos que demandaban esas 24 cuadras. Anhelos, alegrías, sueños, tristezas, todo era un buen motive para iniciar una conversación y disfrutar del trayecto juntos. Sin lugar a dudas podría afirmar que nuestra amistad creció porque caminábamos juntos todos los días.
Enoc camino con Dios "después que engendro a Matusalén, trescientos años" (Gen. 5:22). ¡Te imaginas a alguien que camine trescientos años sin parar! Pues así ocurrió con Enoc, y en esta larga caminata, invito a Jesús a que le hiciera compañía. Jesús y Enoc caminaron juntos todos los días. Esta es la corta historia de un gran hombre, un hombre que se animó a caminar acompañado; y en premio a semejante travesía, Dios se lo llevo a vivir con él sin ver la muerte.
¡Que agradable sería que se hable de nosotros como de personas que están caminando con Dios! No pierdas esta oportunidad, comienza hoy a caminar con Jesús, porque él desea acompañarte.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

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