domingo, 12 de junio de 2011

SIEMBRA PARA EL FUTURO

Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia. Oseas 10:12.

Pablo declara enfáticamente: "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gal. 6:7), y esta ley de la agricultura también gobierna todas las áreas de la vida. Ayer reflexionamos acerca de mirar lejos, para visualizar el futuro profesional que deseas, pero ¿estás dispuesto a trabajar para lograrlo? Con algo de preocupación, escuché el diálogo entre dos alumnos que sin querer mostraban la siembra que uno de ellos planeaba hacer:
—¿Qué piensas hacer el año que viene al terminar el colegio?
—Pues no estoy seguro, quizá me ponga a repartir pizzas con la moto en el negocio de mi tío.
—¿Y no vas a seguir estudiando en la universidad?
—No, todas las carreras que valen la pena requieren cinco o seis años de estudio, y eso es mucho tiempo. Prefiero trabajar ahora en algo que me dé dinero, y después veré.
Sin querer, este alumno no estaba prestando atención a los frutos que obtendría en años futuros, porque mientras él fuera joven y sus padres lo sostuvieran, el escaso salario de "repartidor de pizzas" alcanzaría para darse ciertos gustos, pero, ¿qué ocurriría en años posteriores si este muchacho deseaba formar una familia? ¿Le alcanzaría para vivir dignamente a él y a los suyos con el salario de repartidor?
Por esta razón, conviene que analices con cuidado dónde deseas estar en los próximos diez años: ¿En un consultorio? ¿Repartiendo pizzas? ¿En un bufete jurídico? ¿Limpiando las ventanas de un negocio? ¿Te gustaría ser empleado o tener tu propia empresa? ¿Te ves toda tu vida vendiendo revistas en un puesto, o prefieres diseñar programas de computadoras?
Estos empleos son dignos y honrados, pero para desempeñar algunos se requiere tiempo y esfuerzo, mientras que otros pueden llegar a arrojar ciertos beneficios al principio, pero no son duraderos. Muchos hombres y mujeres maduros que hoy se sienten desdichados con su trabajo, podrían encontrarse en una situación diferente si se hubieran preparado y capacitado en las primeras décadas de su vida.
Dios anhela colmarte de bendiciones, pero algunas de ellas solo llegarán como la cosecha de una buena siembra. ¡Estos años de juventud son los años de siembra! Procura sembrar lo mejor, para que la cosecha sea abundante.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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