martes, 6 de septiembre de 2011

RESPUESTA DE DIOS: "SÍ'

Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. 2 Reyes 20:5.

El relato bíblico que registra la oración de Ezequías muestra que a veces Dios responde un rotundo "sí" a nuestras oraciones.
Ezequías fue uno de los reyes de Israel que vivió conforme a la voluntad divina. Realizó numerosas reformas a lo largo de su reinado con el propósito de volver al pueblo israelita a la adoración verdadera. Confió ciegamente en el poder de Dios cuando un rey asirio estuvo a punto de tomar Jerusalén, y recibió la ayuda celestial no solo para librarlo sino también para enriquecerlo con el botín de guerra.
Pero la vida de Ezequías se vio amenazada por en una enfermedad mortal, y el profeta Isaías le dijo: "Jehová dice así: ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás" (2 Rey. 20:1). Este rey de 39 años de edad no se resignó al escuchar el pronóstico de muerte, y acostado en su cama, se dio vuelta hacia la pared y oró a Dios para que obrara un milagro y lo sanara: "Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan".
El profeta Isaías, que había tenido la responsabilidad de dar la trágica noticia al rey israelita, iba saliendo del palacio cuando Dios le dio un nuevo mensaje de sanidad: "Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas, he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová". El milagro que el rey deseaba se hizo realidad, y la enfermedad mortal se sanó como un simple resfriado por la intervención divina.
Es posible que tú también estés viviendo una situación que requiera la intervención divina. Aunque el Señor del cielo ya conoce todo lo que te acontece, no dejes de referírselo a él en oración, para que sus bendiciones se manifiesten y lleven gracia y felicidad a tu vida. Para ello, no es necesario tener una enfermedad terminal, o no tener qué comer, o padecer la desintegración total de la familia; los pequeños detalles, aquellas cosas que parecen sin importancia, podemos encomendarlas al cuidado celestial para que Dios muestre su poder con un grandioso "sí".
Al presentarle cada día tus necesidades al Señor, recuerda: algunas veces, Dios te dirá "no", otras veces Dios dirá "espera" y otras veces Dios dirá "sí", como lo hizo con Ezequías. Lo más importante de todo es que Dios siempre responde.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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