lunes, 23 de enero de 2012

BAJO LA GRACIA DE DIOS.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios (Efesios 2:8).

¿Has experimentado la obra restauradora de Dios en tu vida? El proceso puede ser doloroso, pero a través de él se pueden recibir importantes enseñanzas.
«La llave que lo abre todo» era el título de uno de los lemas que yo debía presentar ante numerosas personas durante varias noches. Como introducción, les mostré un candado y un juego de llaves. Luego comenté que únicamente una llave podía abrir aquel candado y procedí a hacerlo.
Tras la reflexión, les pedí que escribieran en una hoja la frase: «Te perdono», unida a las circunstancias que había motivado el enojo o rencilla que les costaba superar. Al recibir de vuelta los papeles los rompimos y los echamos en un recipiente con agua, explicando que Dios borra nuestros pecados así como el agua borró la escritura en aquellos pedazos de papel.
La noche que hablé acerca del perdón y lo comparé con una llave, no imaginaba que Dios me estaba preparando para el futuro. Algo que más tarde ocurrió en mi vida habría de poner a prueba lo que había afirmado. Pero qué difícil era perdonarme a mí misma y perdonar a quienes me habían humillado y lastimado. Entonces comprendí que un siempre podemos hablar con autoridad de lo que no hemos experimentado. Le pedí a Dios que me ayudara a perdonarme, para después perdonar a los demás. No fue fácil tomar la llave para abrir la puerta de mi corazón y dejar que Jesús entrara para sanar mis heridas ayudándome a perdonar.
Es difícil decirle a alguien que te sientes ofendida y que le perdonas cuando la intención de la otra persona no ha sido ofenderte. Aún más difícil es perdonar al que de veras te ha ofendido intencionalmente.
He empleado esa llave que lo abre todo en muchas ocasiones. Algunas veces me he demorado en utilizarla, en otras la uso de inmediato. Por momentos me cuesta trabajo incluso pensar en ella, pero finalmente lo hago porque Dios me impulsa. Decide hoy que vas a utilizar la llave del perdón y, si se te extravía, no olvides que Jesús puede ayudarte a encontrarla.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Perla Edith Sánchez

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