sábado, 24 de marzo de 2012

FUNDADA SOBRE UNA ROCA

«Nadie puede poner otro fundamento que, el que está puesto, el cual es Jesucristo» (1 Corintios 3:11)

Jesús concluyó el Sermón del Monte con una parábola que es la historia de dos constructores. Uno edificó su casa sobre una roca. «Descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa; pero no cayó, porque estaba cimentada sobre la roca» (Mat. 7: 25).
Si una casa no se construye sobre unos cimientos firmes, es inestable y una fuerte tormenta puede causarle graves daños o provocar que se derrumbe. Lo mismo puede decirse de nuestras vidas. Todo lo que hacemos y decimos se basa en el cimiento de nuestras creencias. Jesús nos insta a ser prudentes con ese cimiento y examinar nuestras creencias, comparándolas con la verdad de su Palabra. La roca, Jesucristo, tiene que estar en la base de nuestro cimiento, mientras que la Biblia deberá ayudarnos a construirlo.
«La religión consiste en cumplir las palabras de Cristo; no en obrar para merecer el favor de Dios, sino porque, sin merecerlo, hemos recibido la dádiva de su amor. Cristo no basa la salvación de los hombres sobre lo que profesan solamente, sino sobre la fe que se manifiesta en las obras de justicia. Se espera acción, no meramente palabras, de los seguidores de Cristo. Por medio de la acción es como se edifica el carácter. "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios" (Rom. 8:14). Los hijos de Dios no son aquellos cuyos corazones conmueve el Espíritu, ni los que de vez en cuando se entregan a su poder, sino los que son guiados por el Espíritu» (Así dijo Jesús [APIA, 2007], cap. 6, p. 228).
Cuando una familia busca una casa donde vivir, lo primero que ve es su exterior. Sin embargo, le prestará mucha atención a su interior. Se fija en cuántas habitaciones tiene. Luego echan un vistazo a la cocina y al baño. No obstante, no es frecuente que alguien pregunte por los cimientos. A pesar de todo, una casa jamás será más fuerte que sus cimientos.
Por eso nuestra vida tiene que estar cimentada en Jesús. En él encontraremos la fortaleza necesaria para resistir las tormentas de los últimos días. Basado en Mateo 7:25

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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