sábado, 12 de mayo de 2012

EL BUEN CORAZÓN


«Pero la que cayó en buena tierra son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia» (Lucas 8:15).

¿En qué se distingue una buena tierra? Un buen suelo debe proporcionar nutrición y apoyo a las raíces, además de permitir que tanto estas como el agua puedan moverse libremente. Sin sobreprecio alguno para usted, me permito darles algunos consejos para que pueda tener plantas sanas y lozanas: (1) No las riegue en demasía, (2) no las mueva, (3) ocúpese inmediatamente de los problemas y (4) recuerde las necesidades de la planta —un suelo óptimo, agua, una temperatura adecuada, luz y aire.
Si de la tierra del corazón se dice que es buena, no es porque lo sea por sí misma, sino porque la gracia ha hecho que así sea. Dios la aró. La removió con el arado de la convicción y ahora es un terreno fértil y mullido. Cuando se predica el evangelio, el corazón lo recibe.
Después de que la semilla ha sido sembrada en el corazón, germina y empieza a echar raíces. En consecuencia, al igual que la semilla que da ciento por uno, produce un amor ferviente, un corazón amable y un propósito consagrado. La persona se convierte en un poderoso siervo de Dios.
Otra semilla cae en un corazón con un carácter parecido. Esa persona no puede hacer tanto como otros, pero da lo que puede. Se entrega a sí misma a Dios y, en el trabajo, siempre habla de su Señor. Mientras da su paseo diario, tranquilamente, comparte el evangelio. Su fruto equivale a sesenta por uno.
A continuación, la semilla cae en otro cuyas habilidades y talentos no son muchos. No puede hacer lo mismo que el mayor, pero siempre puede hacer algo, por humilde que sea. La semilla da un diez por uno, a lo sumo un veinte...
«"El corazón bueno y recto" mencionado en la parábola, no es un corazón sin pecado; pues se predica el evangelio a los perdidos. Cristo dijo: "No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores". Tiene corazón recto el que se rinde a la convicción del Espíritu Santo. Confiesa su pecado, y siente su necesidad de la misericordia y el amor de Dios. Tiene el deseo sincero de conocer la verdad para obedecerla. El "corazón bueno" es el que cree y tiene fe en la palabra de Dios» (Palabras de vida del gran Maestro, p. 38).
¿Está su corazón preparado para recibir la semilla de la verdad? Basado en Mateo 13:1-9

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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