jueves, 3 de mayo de 2012

LOS ÁNGELES EXISTEN


Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos los caminos. (Salmos 91:11).

En muchas ocasiones quizá no reconocemos el gran cuidado que Dios tiene para cada una de nosotras.  Nos asombraría si pudiéramos ver las veces que los ángeles nos libran de los muchos peligros que se nos acechan.
Dios, en su gran amor, dispone que los ángeles nos cuiden y nos protejan.  Únicamente debemos ponernos en sus manos y él los enviará para que nos guarden en todos nuestros caminos.
Recuerdo que hace unos diez años nuestros dos hijos asistían a la escuela primaria.  Todos los días en la mañana, después de orar y estudiar la lección de Escuela Sabática, los mayores salíamos al trabajo y ellos a la escuela.
A su regreso, los niños eran dejados en una calle de doble circulación sumamente transitada y peligrosa.  El chofer del transporte escolar se aseguraba de que no viniera ningún vehículo para darles la señal de que podían atravesar la calle.  Aquel día así lo hizo. De repente apareció un microbús del transporte público que viajaba gran velocidad, sin percatarse de que los niños estaban cruzando la calle.  Los vecinos dicen que se escuchó un golpe fuerte como si el microbús hubiera chocado contra otro automóvil.  Nuestra hija salió despedida y cayó a varios metros de distancia.  Los que presenciaron el accidente corrieron a ayudar a la niña, mientras el descuidado chofer se daba a la fuga.
Todos pensaron que la niña estaba gravemente herida y la llevaron a un centro médico, pero lo maravilloso es que únicamente tenía las manos rasguñadas.  El médico le curó las manitas y dijo que debía ser cuidadosamente observada durante un tiempo prudencial.
Al salir del trabajo encontré a mi esposo en casa.  Eso me sorprendió, pues nunca nos veíamos a esa hora.  Entonces me contaron lo sucedido.  De más está decir que le domos gracias a Dios efusivamente por su cuidado.
La gente se sorprendió al ver que la niña volvió a casa caminando normalmente.  Aunque ya han transcurrido varios años, ella no ha mostrado ninguna secuela de aquel accidente.
Hermana, demos gracias a Dios, porque aún existen milagros en estos tiempos.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Concepción Rodríguez Medina

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