miércoles, 29 de agosto de 2012

USADA POR DIOS


Esta es tu confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. (1 Juan 5:14)

Al llegar como pastores a nuestra primera congregación le pregunté a Dios: «¿Qué quieres hacer de mí y cómo piensas usarme?». Me abrumaba pensar que necesitaba ser muy talentosa con el fin de poder servirle. Pero pronto aprendí que es Cristo quien reparte los dones. A través de una experiencia Dios me llenó de paz y me enseñó que lo más importante es actuar en forma natural, permitiendo que él nos utilice como un instrumento en sus manos.
En aquella iglesia me invitaron a predicar un sábado. Dudé si debía aceptar o no, pensando que no sería capaz de hacerlo. Recordé una frase de mi padre: «Predicar un sermón es algo sublime y santo que, sin el poder de Dios, no pasa de ser una simple charla». Entonces comencé a preparar un tema con alguna inquietud. Oré al Señor y él me ayudó. Me sentí bendecida por haber predicado aquel día.
Una semana después, se me acercó una dama y me dijo: «Hermana, yo he asistido a esta iglesia durante años y he escuchado muchos sermones. Sin embargo, no le había entregado mi vida a Cristo. Quiero que sepa que el mensaje que usted presentó me llegó al corazón. Era lo que yo necesitaba escuchar y he decidido bautizarme».
La siguiente semana, mi esposo hizo un llamado a la conclusión de una ceremonia bautismal. Aquella hermana se puso en pie ¡y pidió ser bautizada en aquel mismo momento! Uno de los ancianos de la iglesia dio fe de su preparación y le tomó el voto bautismal. En pocos minutos ella descendió a las aguas.
¿Has pensado que quizá no eres útil para el servicio de Dios? Él te capacitará porque nos necesita a todas. «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís» (Col. 3:23-24).
Pidámosle hoy a Dios que nos use. Es lo mejor que podemos hacer con el fin de crecer en la fe y el conocimiento del Señor.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Margarita Calixto Pertuz

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