lunes, 10 de septiembre de 2012

EL ME SOSTIENE


Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13).

Transcurría la semana santa del año 1997. Veníamos de regreso de un largo viaje. Eran las siete de la noche y de repente nos encontramos con un camión estacionado totalmente a oscuras en una carretera angosta. Cuando mi papá trató de esquivarlo se encontró con otro auto que venía de frente a toda velocidad. El choque contra el camión fue inevitable, y otro auto nos chocó por detrás. El conductor del camión, que se encontraba en un deplorable estado de ebriedad, al ver que tendría que cargar con la culpa del accidente roció a mi padre con una botella de licor.
Allí comenzó una cadena de acontecimientos difíciles y dolorosos. Los médicos me dieron por muerta cuando me ingresaron inconsciente en la clínica. De no haber sido por la esposa de un pastor que permanecía en el lugar, habría muerto. Ella se dio cuenta de que no estaba recibiendo la atención médica necesaria, porque los médicos pensaban que de todos modos iba a morir y porque me habían llevado sola a la clínica y no sabían quién iba a responder por los gastos. Finalmente fui atendida y al cabo de bastante tiempo me recuperé. Mi padre y mi hermano también se restablecieron; pero no así mi amada madre, quien murió en el accidente.
Soy un milagro de Dios. Él me salvó y tiene un propósito especial para mi vida. Cada día debo aferrarme más a él, para servirle y crecer manteniéndome fiel hasta la muerte. «No es la voluntad de Dios que su pueblo sea abrumado por el peso de la congoja. Pero tampoco nos engaña. No nos dice: "No teman, no hay peligros en el camino". Él sabe que hay pruebas y peligros y nos habla con franqueza. No se propone sacar a su pueblo de este mundo de pecado y maldad, pero le ofrece un refugio que nunca falla» (El Camino a Cristo, cap. 13, pp. 182-183).
Hoy deseo dirigirme a ti, que aún disfrutas de tu madre. Aprovecha cada momento para estar con ella, trátala con amor. Y recuerda que con la ayuda de Dios podemos lograrlo todo. Yo soy un ejemplo de eso, y si no fuera por él no estaría viva para contarlo.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Josmar Vanesa Vendes escribe desde Venezuela.

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