sábado, 27 de octubre de 2012

LLENO DE AMOR Y GRATITUD


Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.  (Efesios 5:20).

Algunas personas tienen la tendencia a quejarse y a lamentarse por la más mínima cosa que les sucede o les falta. Si llueve, les molesta; lo mismo si el sol calienta demasiado, o si acaso hay mucha brisa; o tal vez porque el aire no corre.
El espíritu de gratitud es un don que debemos solicitar al cielo. Algo maravilloso es levantarnos en la mañana y ver, oír, oler, tocar, gustar y palparlo todo a nuestro alrededor. ¡Cuánta alegría y satisfacción debería causarnos escuchar el trino de los pájaros, así como la oportunidad de entonar alabanzas al nombre de nuestro Dios!
Motivo de gozo es también la oportunidad de darles un abrazo a tus hijos, a tu esposo, a tus padres, en caso de que los tengas. Igualmente lo será brindarle una sonrisa a quien encuentres en el camino.
¡Es maravilloso tener los brazos abiertos, 
cuando hay tantos mutilados.
Ver la luz del sol, cuando hay tantos no videntes.
Cantar alabanzas cuando hay miles que son mudos.
Gracias por mis manos trabajadas,
cuando hay tantas que mendigan.
Es maravilloso volver a casa, y tantos hay
que no tienen dónde ir.
Gracias, Señor, por el don de sonreír, de soñar,
cuando hay tantos que lloran.
Es maravilloso tener un Dios en quien creer,
cuando hay tantos que no tienen consuelo ni fe.
Señor, tan poco es lo que nos falta,
¡y tanto por lo que tenemos que agradecerte!
Por lo anterior, y por muchas otras razones, agradece al Dios Todopoderoso sus bondades, ¡incluso da gracias por la adversidad!
Mira a tu alrededor y verás que eres muy privilegiada al tener en abundancia lo que a muchas otras personas les falta. Dejarás de compadecerte cuando entiendas que todo lo debes al Creador del Universo, a nuestro Padre celestial.
Señor, quiero agradecerte esta mañana por la vida. Gracias por mi familia, por los talentos que poseo, porque me has adoptado como hija. Ayúdame a tener un corazón lleno de gratitud hacia ti.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Griselda Chagoya de Urbano

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