viernes, 30 de noviembre de 2012

EN BUSCA DE LAS ALTURAS


Los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas. Isaías 40:31

¿Qué tiene que hacer un sembrador de papas con tal de lograr el mejor precio para su producto? Obviamente, vender un producto de calidad. Según cuenta The Chronicle of the Oíd West (Crónicas del Viejo Oeste), esto es precisamente lo que hacían los productores de papas de cierto pueblo agricultor. Clasificaban cuidadosamente las papas en tres categorías: grandes, medianas y pequeñas. Luego las colocaban en grandes recipientes y usaban la mejor carretera para transportarlas.
Un día, mientras vendían su cosecha en la ciudad, llegó también el granjero Juan, con su viejo camión cargado de papas hasta el tope, sin clasificarlas. Cuando los demás vendedores lo vieron llegar, imaginaron que le pagarían una miseria por su mercancía. Grande fue la sorpresa de estos hombres cuando, al final de la venta, supieron que Juan había obtenido por su cargamento de papas el mismo precio que ellos.
Luego se enteraron de la razón. Resulta que, después de montar en su camión el cargamento de papas, Juan viajaba a la ciudad, no por la autopista, sino por la vieja carretera pedregosa. Con los movimientos que producen los baches del camino, las papas más pequeñas se iban al fondo, las medianas se quedaban en el medio y las más grandes subían al tope. Todo lo que Juan tenía que hacer cuando llegaba al lugar de ventas era descargarlas comenzando por las más grandes (adaptado de Chronicle of the Old West, en www.chronicleoftheoldwest.com).
¡Qué interesante! Cuando el camino es pedregoso, las papas pequeñas se van al fondo, mientras las grandes se mueven hacia el tope. ¿No es esta una ilustración muy apropiada de lo que ocurre mientras transitamos por el camino de la vida?
Si ahora estás atravesando por momentos difíciles, recuerda que «las papas grandes se mueven hacia el tope cuando el camino es pedregoso». Así es. La misma prueba que hace caer a los cobardes impulsa a los valientes a buscar la cima. Los valientes han aprendido que en cada problema se esconde un desafío, y lo enfrentan. Que en cada crisis, hay una oportunidad; y la aprovechan. Han descubierto que cuando una puerta se cierra, otra se abre.
AL IGUAL QUE LAS ÁGUILAS, LOS VENCEDORES SIEMPRE ESTÁN EN BUSCA LAS ALTURAS.

Padre celestial., cuando vengan las pruebas ayúdame a mirar hacia arriba, hacia tu trono de gracia.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

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