sábado, 9 de febrero de 2013

LAS MADRES CRISTIANAS NO CRÍAN SIMPLEMENTE


Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida. Espinas y trampas hay en la senda de los impíos, pero el que cuida su vida se aleja de ellas. Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. Proverbios 22:4-6.

La crianza de los hijos es uno de los desafíos más grandes de toda madre. Creo que no hay una que no esté preocupada por inculcar en sus «retoños» valores y principios éticos que los hagan hombres y mujeres de bien. Todas las madres nos esforzamos por hacer de nuestros hijos personas respetuosas de los derechos ajenos, y responsables en el cumplimiento de sus deberes como ciudadanos de la nación que les dio cobijo al nacer. Creo que estos son anhelos legítimos y loables, y por supuesto deben ser asuntos prioritarios en la educación de un niño desde las primeras etapas de su vida.
Sin embargo, muchas madres no somos tan celosas en la enseñanza de los valores religiosos. Nos parece que es mejor dejar a los niños en paz y la religión como asunto aparte en sus vidas. Lo hacemos, muchas veces, porque creemos que la religión y Dios son bloqueadores del desarrollo personal, inhibidores de la libertad, pues consideramos que los mandamientos de Dios coartan la capacidad de decisión y de autodeterminación. Nada más lejos de la realidad.
Dios no coarta; por el contrario, libera. El niño que crece confiando en Dios tendrá una parte de su vida resuelta; solamente habrá de seguir las instrucciones del Señor y sujetar su vida a la voluntad divina para ser una persona exitosa y triunfadora, aunque se le presenten situaciones complejas que son inevitables en la vida.
Nosotras, las madres cristianas, tenemos que actuar convencidas de la Palabra de Dios, que dice: «Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará». Así conduciremos a nuestros hijos para que no solamente sean exitosos en los caminos terrenales, sino también para que, con abnegación y paciencia, caminen por la senda que los llevará al reino de los cielos. Esta es una tarea que comienza desde antes de que el hijo arribe a este mundo.
El renombrado teólogo Horace Bushnell decía: «"Hogar" y "religión" son palabras afines; hogar porque es el asiento de la religión; religión porque es el elemento sagrado del hogar».

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

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