miércoles, 27 de marzo de 2013

FALSOS MILAGROS Y FALSOS PROFETAS


Esto es lo que dice el Señor contra ustedes, profetas que descarrían a mi pueblo: «Con el estómago lleno, invitan a la paz; con el vientre vacío, declaran la guerra» (Miqueas 3:5).

Según Miqueas 3:5, el principal pecado de los falsos dirigentes consistía en que inducían al error a la gente y la hacían pecar. ¡Cuán grande es la culpa de aquel que desvía a otros del camino recto! Miqueas se refiere a las tinieblas espirituales que envuelven a esa gente. Proclaman embusteramente la paz cuando las cosas van de mal en peor. Los seguidores de Dios que buscan la verdad deben ser precavidos y estar alerta para distinguir a los falsos predicadores, para protegerse de sus estragos.
No siempre es fácil discernir las simuladas pretensiones de algunos. En cierta ocasión, cuando el rey Enrique II de Inglaterra se encontraba de peregrinación en el Santuario de San Albano, un mendigo, que pretendía haber nacido ciego, anunció que súbitamente había recibido la vista. Las campanas de la iglesia comenzaron a repicar para celebrar el milagro. Pero el duque Humphrey de Gloucester, que acompañaba al monarca, no creyó las pretensiones del mendigo.
Llamó al hombre y le preguntó en privado si era verdad que había nacido ciego. Tanto el mendigo como su esposa aseguraron al duque que, efectivamente, así había sido. Humphrey aconsejó que le diera gloria a Dios. A continuación, mirando fijamente a los ojos al mendigo, le dijo:
—Ya lo creo que naciste ciego, porque me parece que todavía no puedes ver bien.
—Pero claro que sí, señor —replicó el mendigo—; ahora puedo ver tan bien como cualquiera.
—Entonces dime —lo intimó el duque—: ¿de qué color es mi túnica?
Para demostrar lo bien que veía, el mendigo no solamente le dijo de qué color era su túnica, sino que dio una información exacta de los colores de todas las túnicas que usaban, y los nombres de todos los que los rodeaban.
Entonces el duque Humphrey demostró que era impostor al decir: «Aunque pudieras haber recibido milagrosamente la vista, es totalmente imposible que con la misma celeridad hayas aprendido los nombres de todos ellos».
Los milagros y los engaños de Satanás serán grandes y sutiles. Muy convincentes. Millares de personas ansiosas de ver y creer grandes cosas serán engañadas. Los ojos y los oídos no podrán detectar el engaño. Solo el conocimiento de Dios y de su Palabra nos salvará. Dedica un tiempo para evaluar tu vida espiritual. ¿Sigues un cristianismo basado en sentimientos y señales, o se fundamenta en un «Escrito está»? Hoy defines el camino que seguirás.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

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