miércoles, 29 de mayo de 2013

EXPERIENCIA Y CRECIMIENTO

Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! 2 Pedro 3:18

Pensemos en la vida como una cadena. Los eslabones que la forman son las experiencias que vivimos cotidianamente. Estas pueden ser buenas o malas, positivas o negativas, dependiendo no tanto de los sucesos en sí mismos, sino de la manera en que respondamos a ellas. Sin embargo, todas sin excepción pueden llegar a ser una fuente de crecimiento y desarrollo personal. La actitud individual y la confianza en Dios son los elementos que determinarán el efecto de las experiencias en la vida de cada persona.
Las exigencias de la vida moderna son muchas y nos llevan a vivir experiencias de todo tipo. Dos individuos frente a la misma circunstancia pueden presentar una conducta bien diferente. Uno puede percibirla como un desafío a su crecimiento personal, y por tanto verla como algo positivo en su vida; mientras que el otro puede sentir que constituye una amenaza a su desarrollo.
En la Biblia encontramos la expresión de un hombre que, frente a la adversidad, exclamó: «¡Ya estoy harto de esta vida! Por eso doy rienda suelta a mi queja; desahogo la amargura de mi alma» (Job 10:1). Por otro lado el salmista, frente a una experiencia adversa, exclamó: «Aunque digo: "Me encuentro muy afligido", sigo creyendo en Dios» (Sal. 116:10).
Con toda certeza en este día te enfrentarás a nuevas experiencias; las circunstancias podrán no siempre ser favorables, pero a pesar de ello puedes salir enriquecida. Encontrarás fortaleza en la medida en que aprendas a hallar descanso en Dios y a confiar en sus promesas. Si, por el contrario, el día de hoy te trae grandes o pequeñas alegrías, gózale y agradece al Señor por sus bondades.
Únete al pensamiento de la escritora Sheryl L. Roush cuando dijo: «Tener fe en que hay una fuente más grande que yo, con la que soy una, me da el poder para enfrentar todos los contratiempos en mi vida. Y no cambiaría ninguno de esos acontecimientos debido al carácter que desarrollé. ¡Dios está siempre actuando en mi vida! ¡Elijo caminar cada instante con él!».

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

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