jueves, 7 de enero de 2016

EL FALLECIMIENTO DE DAG HAMMARSKJOLD Y LA ELECCIÓN

“Escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres o a los dioses de [la gente] en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” Josué 24:15

Dag Hammarskjold fue Secretario General de Naciones Unidas desde 1953 hasta su trágico fallecimiento en 1961. Sueco y cristiano, fue autor de una serie de meditaciones y considerado por muchos el mejor diplomático del siglo XX.
En algún momento de la noche entre el 17 y el 18 de septiembre, durante una misión de paz de las Naciones Unidas en el Congo, el avión de Hammarskjold se estrelló en Zam bia, explotando e incendiándose. Las circunstancias que rodearon el accidente de aviación eran un misterio hasta que los investigadores descubrieron una nueva pista en los restos. En la cabina del avión siniestrado alguien se fijó en un mapa abierto con las aproximaciones a Ndolo, aeropuerto de Leopoldville (ahora Kinsasa), en el Congo. Sin embargo, el destino previsto aquella noche era la ciudad de Ndola, en Zambia. El piloto había echado mano por error del mapa indebido y, en la oscuridad de aquella noche, el avión se estrelló contra el suelo cuando el piloto creía que aún le quedaban trescientos metros más por descender. Todo porque había usado el mapa indebido.
Ndolo. Ndola. La única diferencia en esos nombres es una sola letra. Pero fue la diferencia entre la vida y la muerte.
En inglés, existe una diferencia de pocas letras entre “temer” y “un amigo”, “afraid” y “a friend”, respectivamente. En lo referente al mapa de Dios, también es lo que separa la vida de la muerte.
Entonces, ¿qué mapa seguiremos? El llamamiento del anciano dirigente Josué mantiene su relevancia hoy: “Escogeos hoy a quién sirváis”. Porque el nuevo año no es solo sobre el hecho de que Dios nos escoja; también es sobre el hecho de que nosotros lo escojamos a él.
Y no disponemos de un tiempo ilimitado. La reciente letanía de titulares de noticias internacionales es prueba suficiente de que el tiempo se acaba para este planeta y todos sus habitantes. Precisamente que Dios sea alguien digno de nuestra amistad, no alguien a quien temer, no significa que podamos dejar para mañana la decisión. “Escojan hoy al Dios a quien seguirán”. El camino es incierto. ¡Debemos contar con el mapa correcto; debemos escoger al Dios debido; debemos aterrizar en el destino acertado!
Entonces, ¿no quieres inclinarte ahora e invitar al Dios que ya te ha elegido para que también sea el Dios de tu elección, declarando: “Pero yo y mi casa serviremos a Jehová”?

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016 
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson

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