sábado, 23 de enero de 2016

EL SR. PETERSON PATRULLANDO

Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan (Tito 1:16).

Era un hombre anciano y gruñón, con cara de pocos amigos y un traje que olía a crema de afeitar. Todas las semanas, en la iglesia, patrullaba los pasillos, listo para derramar su ira sobre quien se pensara que no se comportaba correctamente.
-¡Dejen de correr! -gritaba a los niños pequeños-. ¿No saben que esta es la casa de Dios?
-Ese vestido es apto para una prostituta, no para un recipiente de Dios -sentenciaba, si no estaba de acuerdo con el atuendo de una mujer.
Un sábado, el Sr. Peterson se paró junto a la puerta del santuario y se negaba a dejar salir a nadie durante el sermón, aun si necesitaban utilizar el baño.
-Deberías haber ido antes de que empiece el programa. Este el momento de quedarse quieto para el culto -decía firmemente.
El Sr. Peterson creía que servía a Dios tratando de inculcar la reverencia en la congregación. El problema era que él trataba de hacer el trabajo de Dios utilizando las actitudes del diablo.
¿Conoces a alguien que debe ser un representante de Dios, pero que no actúa como él? Algunas veces, el enemigo pone a las personas de la iglesia en situaciones en que su religión se convierte en un hábito, y sus corazones nunca están movidos por el Espíritu Santo.
No permitas que esas personas dibujen tu imagen de Dios. Mantén tus ojos fijos en Jesús, y asegúrate de no convertirte en uno de esos cristianos gruñones.

SPLASH:
Tu actitud frente a la vida puede afectar tu salud. De hecho, un estudio de la Universidad de California muestra que los actores podrían influir sobre sus sistemas inmune fingiendo sentirse de cierta manera. ¿No eres feliz? Sonríe de todos modos. ¡Es bueno para tu salud!

¿Y AHORA?
¿Cómo podrías ser una influencia positiva para un cristiano gruñón?

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler
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