viernes, 26 de febrero de 2016

“SIEMPRE LO HE HECHO ASÍ”

Las costumbres de los pueblos son vanidad. Dios

El pensamiento que da pie a nuestra meditación de hoy, y que se encuentra en Jeremías 10:3 (RV95), nos invita a formulamos varias preguntas vitales: ¿Por qué razones hago las cosas como las hago, tengo las costumbres que tengo y respeto las leyes que respeto? ¿Cuáles son los cimientos de mi manera de pensar y de actuar? ¿Están fundamentados en principios bíblicos? Quiero compartir contigo un experimento que escuché a mi antiguo profesor de filosofía y que me dio luz a este respecto.
Durante un estudio científico sobre la conducta, varios investigadores colocaron cinco monos en una jaula y, en el centro, una escalera que conducía a una mata de plátanos. Cada vez que un mono subía la escalera para coger un plátano, los investigadores lanzaban un chorro de agua fría a todos los monos, hasta que ellos mismos comenzaron a impedir violentamente el ascenso a cualquiera que se atreviera a intentarlo. Entonces los científicos sustituyeron uno de los monos, y dejaron de enviar agua.
Lo primero que hizo el novato fue iniciar el ascenso hacia los plátanos. Rápidamente fue atajado por los demás y, tras algunas palizas, ya nunca intentó volver a subir la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo; curiosamente, el mono que había llegado antes que él, y que nunca había recibido una descarga, participó con entusiasmo en darle la paliza. Un tercer mono fue sustituido y se repitieron los hechos. Luego un cuarto y un quinto, hasta que los cinco monos eran nuevos, es decir, ninguno había recibido un baño de agua. Aún así, todos golpeaban al que intentaba subir la escalera. ¿Por qué? Porque siempre se había hecho así.
¡La fuerza de la costumbre! ¿Cuántas cosas hacemos por tradición, por inercia, o simplemente “porque siempre las hemos hecho así”? Hoy te invito a que fundamentes tus convicciones, tus hábitos y tu conducta en principios bíblicos sólidos. Si has de perpetuar tus convicciones en tus hijos y en las nuevas generaciones, asegúrate de que se basen en las verdades de la Palabra de Dios. Nunca imites sin sentido lo que hacen los demás; no vivas según los criterios del tiempo presente simplemente porque ya nadie los discute; al contrario, cambia tu manera de pensar para que así cambies tu manera de vivir y llegues a conocer lo que es bueno, lo que es perfecto (Rom. 12:2).
“No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto” (Rom. 12:2).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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