miércoles, 2 de marzo de 2016

LADRILLOS Y PALIZAS

La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan. Esdras 8:22.

Moisés temía, para sus adentros, regresar a Egipto. Cuarenta años antes, su nombre había sido publicado en la lista de los criminales más buscados. Pero, cuando obedeció el mandato de Dios de regresar, este le dijo que no tuviera miedo porque todos sus enemigos habían muerto.
Mientras tanto, los ángeles visitaron a Aarón y le dijeron que su hermano Moisés estaba en camino.
Yendo rumbo al este para reunirse con Moisés, lo encontró justo donde los ángeles le habían dicho, en algún lugar cerca del monte Horeb.
Juntos, Moisés y Aarón siguieron hacia Egipto, y fueron delante del Rey. Pero, después de que los dos presentaron su pedido de que se les permitiera a los israelitas salir del país, el Rey explotó en ira.
“¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?” (Exodo 5:2).
El Rey ya sospechaba que los israelitas estaban planeando un complot. Desde que Moisés y Aarón habían enseñado al pueblo acerca de la correcta observancia del sábado, no se habían hecho ladrillos el séptimo día.
¿Qué le importaba a Faraón que los israelitas hubiesen olvidado el Mandamiento de Dios?
La preocupación de Moisés y de Aarón era que Dios no bendeciría al pueblo a menos que obedeciera, lo que significaba menos ladrillos para la construcción. Faraón decidió que la mejor manera que mantenerlos trabajando para él era dándoles más trabajo.
“¡No más paja!”, ordenó el Rey. “Dejen que los israelitas busquen la paja, pero que hagan la misma cantidad de ladrillos”.
Entonces, todos los planes para liberar a Israel parecieron desmoronarse. Los capataces hebreos fueron golpeados porque el pueblo no podía producir la misma cantidad de ladrillos. Y, cuando se quejaban con Faraón, no recibían compasión.
“¡Son unos perezosos! ¡Son unos perezosos!”, se burlaba.
Cuando estos capataces de aspecto triste vieron a Moisés y a Aarón, lanzaron un torrente de palabras horribles, culpándolos por todos sus problemas. Moisés se sintió tan afligido por esto que fue directamente a Dios. El Señor le aseguró que Israel sería liberado, pero que lo haría a su forma y de tal manera que todo Egipto sabría que había un único y verdadero Dios, y los israelitas mismos aprenderían a confiar en él.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
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