miércoles, 20 de abril de 2016

LA CURA DE DIOS PARA TUS BOSTEZOS -4

“Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros”. Mateo 11:28-30, DHH

Fatiga física, fatiga emocional, fatiga económica y, ahora, fatiga espiritual: el sábado es el ofrecimiento de Jesús para sanarnos de todos nuestros bostezos, ¿no? En la paráfrasis The Message, Eugene Peterson pone en boca de Jesús en el texto de hoy la hermosa expresión, vertida al español, “Háganme compañía”. ¿Qué pasaría si empezáramos a considerar cada sábado como “hacer compañía” a Jesús? Hace un siglo, Elena de White escribió una carta a una amiga anciana que estaba en su lecho de muerte, y contenía esta hermosa certeza: “Descanse en sus brazos [los de Jesús], y sepa que es su Salvador, su mejor Amigo, que nunca la dejará ni la abandonará. Usted ha dependido de él durante tantos años; por eso su alma puede descansar en esperanza” (Cada día con Dios, p. 313; la cursiva es nuestra).
Entonces, ¿qué pasaría si cambiásemos nuestro paradigma de observancia del sábado de un día de normas y reglas obligatorias (como lo entendían los fariseos) a un día de hacer compañía de forma especial a nuestro Amigo por antonomasia? Inténtalo cuando empiece el próximo sábado. Lee Mateo 11:28 y 29, y luego ora: “Querido Jesús, recibo tu ofrecimiento de reposo en sábado. Deseo hacerte compañía de forma especial estas veinticuatro horas. Permite que vea el rostro de mi mejor Amigo. Amén”.
Ahora pasa el sábado buscando su rostro. ¡Quedarás absolutamente asombrado (y encantado) de dónde lo ves!
Luego, cuando el sábado se acerque a su término, lee el tercer versículo de la invitación de Jesús, Mateo 11:30. Y di en tu oración algo como: “Señor, quiero recibir tu ‘yugo’ o estar unido a ti a lo largo de toda la semana venidera. Por favor, hazme compañía hasta que volvamos juntos a tu sábado. Amén”.
¿Qué logramos al comenzar y finalizar el sábado con nuestra mente centrada en nuestro mejor Amigo? Hacemos más sencillo hacerle compañía durante toda la semana.
“Fija tus ojos en Cristo, tan lleno de gracia y amor, y lo terrenal sin valor será a la luz del glorioso Señor”.

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
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