jueves, 12 de enero de 2017

¡ÉL SE LO BUSCÓ!

“Israel quería a José más que a sus otros hijos, porque había nacido cuando él ya era viejo. Por eso le hizo una túnica muy elegante. Pero al darse cuenta sus hermanos de que su padre lo quería más que a todos ellos, llegaron a odiarlo” (Génesis 37:3,4).

Se podía decir que era travieso con solo mirarlo. Había algo en su rostro que decía: “Te voy a volver loco y, luego, voy a correr hacia mi mamá cuando intentes detenerme”. Así, en los primeros minutos de mi primer Camporí de Conquistadores, me di cuenta de que estaba a punto tener el peor compañero de carpa del mundo. Él daba vueltas, gritando, cuando estábamos tratando de dormir; me robó el mejor dulce que mis padres me habían enviado; y cuando lo agarrábamos, llamaba a gritos a su tío, que era el jefe de cocina. No queríamos ni decirle nada porque saldríamos perdiendo. Así que trazamos un plan.
Habíamos aprendido que, después del postre, él se ponía hlperactívo por aproximadamente una hora, pero luego se cansaba y se dormiría como un bebé. Si podíamos capturarlo en tal estado de agotamiento, habría pocas posibilidades de que formara un escándalo. Así que, una noche, todos le dimos nuestro postre y observamos, con sonrisas de satisfacción, cómo daba vueltas en un estado incontrolable de agitación. Después de la inevitable caída, lo envolvimos con su saco de dormir, almohadas, abrigos y todo lo que encontramos, y nos dejamos caer sobre él sin misericordia. Sus gritos de angustia eran ahogados por las almohadas. Prometió nunca más volver a molestarnos.
Siempre recuerdo este incidente cuando leo la historia de José. No se puede culpar a sus hermanos por no quererlo porque, obviamente, era el favorito de su padre y, además, andaba diciéndoles que, en sus sueños, ellos se inclinaban ante él y lo adoraban. Esta no es exactamente una lista envidiable de cualidades cuando eres el segundo más joven de doce hermanos. Ahora piensa en la clase de persona que eres. ¿Estás dando a quienes te rodean motivos para que te traten de la manera en que lo hacen? Llevando como llevas la etiqueta de “cristiano”, ¿actúas de tal modo que la gente piensa: “Si este es cristiano, yo no quiero tener nada que ver con ellos”? Recuerda que no estamos en este mundo para representarnos solo a nosotros mismos.

Tomado de lecturas devocionales para Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
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