viernes, 3 de febrero de 2017

AUNQUE NO LO VEAS

Yo estoy contigo, […] pues yo soy tu Dios, Isaías 41:10.

Necesitarás un ventilador y 5 ilustraciones de Jesús impresas o letreros que tengan su nombre.
(Coloque las ilustraciones o los letreros de Jesús en las diferentes habitaciones de la casa.)
—Muchas veces nos hablan de Jesús, pero yo no lo veo —dijo Jorge a su mamá—. ¿Por qué no está aquí para que yo lo pueda ver?
—Es una buena pregunta —respondió la mamá. (Encienda el ventilador y que el aire le dé a su niño[a].) ¿Alguna vez también tú te has hecho esa pregunta? Te lo voy a explicar así: hace un momento encendí el ventilador porque sentí un poco de calor y ahora me siento mucho mejor. ¿Qué fue lo que refrescó la habitación? (Su niño[a] contesta: el viento.)
El viento nos ayuda a muchas cosas: nos refresca en un día caluroso, ayuda a polinizar las plantas, nos da el oxígeno que respiramos, hasta genera energía. Sin embargo, ¿podemos ver el viento? ¿Qué forma tiene? El viento no se puede ver, pero sí se puede sentir y podemos disfrutar sus beneficios. Nosotros sabemos que Jesús existe y que está en todas partes, aunque no podamos verlo cara a cara. Pero aunque no lo veamos, podemos confiar en que nos acompaña a dondequiera que vamos, es nuestro mejor amigo y algún día lo veremos cuando vayamos al cielo.
Ahora ve y encuentra en la cocina, el baño, la cama, el patio y la sala, las ilustraciones de Jesús. Recuerda que siempre está a tu lado.

HABLA CON JESÚS
Gracias, Jesús, por ser mi mejor amigo, porque me acompañas y sé que algún día te veré cara a cara. Amén.

Tomado de lecturas devocionales para preescolares 2017
¡PEQUEÑAS SONRISAS!
Por: Míriam Rodríguez Carrillo 
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