viernes, 10 de enero de 2020

“¿NO HAY MAS MUNDOS CONQUISTAR?” ALEJANDRO MAGNO

Se cuenta que un comerciante, con un magnífico caballo negro, se acertó al rey de Macedonia Filipo ll:
-Estoy seguro de que Su Majestad entiende que un semental tan grande y fuerte como este no puede valer menos de trece talentos -le dijo.
-¿Por qué no está ensillado? -preguntó el rey.
-Bueno… ehh… porque todavía no está domado.
-Y dudo de que llegue a estarlo -comentó el rey-. Mira cómo tira del bestro. Llévatelo.
-Espera, padre —se acercó diciendo el joven Alejandro—. Déjame domarlo a mí. Si no lo consigo, yo mismo te pagaré por él.
El muchacho se llevó el caballo. Había visto que el animal le temía a su propia sombra, de modo que lo giraba hacia el sol, para que la sombra quedara detrás de él. Preocupado de que el caballo temiera su capa ondeante, Alejandro la dejaba caer al suelo y comenzaba a calmar a la poderosa bestia. Pasado un tiempo, logró domar al caballo, y lo llamó Bucéfalo.
Alejandro creció y llegó a ser uno de los comandantes militares más grandes de todos los tiempos. Montó a Bucéfalo en cada batalla mientras conquistaba tierras desde Grecia hasta la India. Cuando su amado corcel murió, Alejandro fundó una ciudad llamada Bucéfala, donde enterró a su caballo.
Como quizá ya sepas, Alejandro aparece en las profecías bíblicas de Daniel. Ciento cincuenta años antes del nacimiento de Alejandro, Daniel vio su imperio representado por el vientre y las piernas de bronce de la gran estatua de metal del sueño de Nabucodonosor. En visión, Daniel también vio a Alejandro como un leopardo que salía del gran mar. El leopardo tenía cuatro alas que simbolizaban la velocidad con la que Alejandro conquistaría Persia y otras naciones hacia el este.
Quizá parte de la velocidad fue posible por su tan querido caballo. Lo que sí es seguro es que podemos confiar en nuestro Dios, que conoce la historia y nos ha revelado en su Palabra lo que necesitamos para nuestra salvación. Kim
«Ante mis propios ojos vi aparecer otra bestia, la cual se parecía a un leopardo, aunque en el lomo tenía cuatro alas, como las de un ave. Esta bestia tenía cuatro cabezas, y recibió autoridad para gobernar» (Dan. 7:6).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.

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