jueves, 24 de diciembre de 2009

HOY ESTÁ Y MAÑANA NO ESTÁ

Para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Juan 3:15.

Cada año, un juguete ocupa el lugar del regalo imprescindible en las listas de los niños. Hace unos años, en los Estados Unidos, ese juguete era la muñeca Cabbage Patch. Venía con un nombre y un certificado de nacimiento De repente, los adultos y los niños de todas partes querían tener una. El fabricante no daba abasto. Así que cuando se acercaron las fiestas navideñas, la oferta no podía suplir la demanda. Las centralitas de los grandes almacenes estaban saturadas con llamadas de gente que quería saber cuándo llegaría la siguiente remesa de muñecas. Un día yo estaba de compras cuando un mozo de almacén trajo un carro lleno de muñecas Cabbage Patch. Un grupo de mujeres se abalanzó sobre las muñecas, agarrándolas por los brazos. Pero el cliente más exagerado del que tengo noticia es un hombre que voló de Europa a los Estados Unidos para que su hija tuviera su muñeca el día de Navidad por la mañana.
Si hoy fueses a una tienda de juguetes quizá tendrías dificultades para encontrar una muñeca Cabbage Patch. No porque todo el mundo quiera una, sino porque la gente ha perdido todo interés por ella.
Un filósofo de la antigüedad tenía razón al decir: «Todo lo que sube, baja». Este año, los automóviles deportivos más vendidos acabarán como chatarra. Los héroes de la NFL (Liga Nacional de Fútbol Americano) serán sustituidos por jugadores más jóvenes. Miss Universo será abuela.
Todo tiene un fin, excepto Dios y todo lo que esté relacionado con él. Cuando nos damos a Dios tenemos vida eterna. Quizá muramos, pero la muerte será solo una pequeña interrupción.
No tenemos que ser como las muñecas Cabbage Patch, que hoy están y mañana no. Dios tiene grandes planes para nuestro futuro, un futuro que durará para siempre.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

FIEL HASTA LA MUERTE

Y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos delante de sí, y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante de Jehová. Números 32: 21, 22.

Qué es lo que pide Dios antes de otorgar un premio? A semejanza de las tribus de Israel, a las que se les prometió que heredarían la tierra anhelada por Abraham, Isaac y Jacob, a nosotros también se nos ha prometido 'que heredaremos el cielo. Pero, así como las tribus de Israel tenían asuntos que atender antes de heredar la tierra prometida, nosotros también tenemos obligaciones que cumplir antes de heredar la Canaán celestial. Nuestra obligación la encontramos expresada de forma meridiana en Apocalipsis 2: 10, donde el Testigo fiel recuerda a la iglesia de Esmirna: «Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida».
En este sencillo mandato de Jesús, lo de ser fiel parece simple, pero la parte que habla de la muerte no lo es tanto. Pero ser fiel y cumplir siempre lo que hemos prometido es muy importante para Dios. Por eso, después de nuestra conversión, él anhela que seamos fieles a las cosas respecto de las cuales hemos prometido fidelidad. Dios quiere que seamos fieles hasta la muerte con el sábado, que lo seamos con el voto matrimonial que hicimos, ser fieles hasta la muerte con los diezmos aunque no tengamos para comer en el mes. Estas son algunas de las promesas de fidelidad que Dios quiere que cumplamos. Por eso Jesús nos recuerda: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Aunque ser fieles puede parecer sencillo, no hay duda de que, humanamente hablando, es algo difícil. Por eso la Biblia nos pregunta: «Cuando venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?» Jesús quiere saber si cuando él regrese encontrará a aquellos que dicen llamarse cristianos cumpliendo su voluntad.
La fidelidad no fingida exige que nos comportemos de la misma manera cuando estamos delante de los demás y cuando estamos a solas. ¿Somos fieles a nuestro compromiso con las cosas de Dios aunque ningún ser humano nos esté mirando? Jamás olvidemos que los ojos de Jehová están sobre toda la tierra. Aunque seamos salvos por gracia, tal como enseña la Biblia, es bueno cumplir las promesas que hicimos ante él por respeto a ese Dios que nunca ha fallado en ninguna de sus promesas.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

¿SOLAMENTE LO QUE ME FALTA?

Ya he recibido todo lo que necesito y aún más (Filipenses 4: 18).

Estaba a punto de hacer el viaje más largo de mi vida. Viajaría de México a Rusia para estudiar mi maestría. Ya lo había planeado todo: estaría allá catorce meses, estudiando en el colegio adventista de Zaoksky. Así que fin llegó el día y me despedí de mi familia y amigos. Creía estar segura de llevar todo lo que necesitaría para vivir allá durante un poco más de un año: dos maletas grandes y mi computadora portátil. Por supuesto, estaba muy agradecida con Dios por darme esa oportunidad y estaba muy emocionada con la nueva aventura.
Llegué sin problemas a Moscú después de una breve escala. El problema surgió cuando al querer recoger mi equipaje me encontré con la sorpresa de que no había llegado. Era difícil comunicarse con el personal del aeropuerto debido al idioma, pero finalmente me confirmaron que mi equipaje se había extraviado. En ese momento comencé a pensar qué haría sin mis pertenencias. Le pedí al Señor que me ayudara a resolver el problema y mi petición fue que encontraran mi equipaje y me lo entregaran de inmediato. Llené todos los formularios necesarios en el aeropuerto y me fui a la escuela esperando recibir posteriormente noticias favorables.
Pasaron los días y las semanas y eso no sucedió. Después me confirmaron que todo se había perdido y que pagarían por el daño ocasionado. Durante todo este proceso surgieron las preguntas en mi mente: ¿Será que Dios me escucha? ¿Por qué permitiría que pasara algo que me traería tanta tristeza o me ocasionaría tantos problemas? Pero lo cierto es que Dios nos pide que confiemos en él, aunque no obtengamos la respuesta que esperábamos.
Algunas personas que se enteraron, me obsequiaron ropa, otras me ayudaron para que fuera a comprar lo que necesitaba y, para mi sorpresa, nunca me hizo falta nada de lo indispensable durante mi estancia en aquel lugar. Dios proporcionará lo que nos haga falta, no dice que nos dará cosas adicionales o para que despilfarremos; esto quizá sea para que nunca nos olvidemos que dependemos de él y así volvamos día a día pidiendo lo que nuestro corazón necesita. Agradece hoy a Dios porque, aunque no tengas lujos o cosas que puedas derrochar, te da lo que tu cuerpo y tu corazón necesitan para el día de hoy.

Ménica Yaneth Cota Inzunza
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

UN CÍRCULO CERRADO

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Deuteronomio 6:5.6.

En los días en que las familias adornaban el árbol de Navidad, las luces solían estar en circuito. Si una bombilla se fundía, ninguna otra alumbraba. Por eso, todos los miembros de la familia contenían la respiración cuando conectaban las luces. Si la cuerda se encendía, todos suspiraban aliviados. Pero la mayoría de las veces había una bombilla que se había fundido. Por eso papá sacaba una bombilla nueva y probaba uno por uno los portalámparas. Si solo había una bombilla fundida, al final conseguía descubrir cuál era y, tan pronto como la nueva bombilla ocupaba su lugar, las luces se encendían.
Pero si había más de una bombilla fundida, era casi imposible descubrir cuál de ellas era. Era más fácil sustituir todas las bombillas y esperar a que las próximas Navidades todavía funcionasen.
Los Diez mandamientos son como una cuerda de bombillas. Aunque guardemos nueve mandamientos, con uno que quebrantemos, quebrantamos toda la ley. Jesús quiere que guardemos toda la ley. Pero no quiere que lo intentemos solamente con nuestra propia fuerza.
Los escribas y los fariseos se esforzaban mucho por obedecer la ley. Creían que guardar la ley era lo más importante que podían hacer. Creían que si se esforzaban lo suficiente, podrían vivir según lo que les había ordenado Dios. Pero vino Jesús y les dijo que amar a Dios es más importante aún.
Los Diez mandamientos no son una lista de normas que hay que guardar antes de ir al cielo. Son una descripción de cómo será la vida cuando le pidamos a Jesús que ocupe el lugar más privilegiado del corazón.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

NEGARSE A UNO MISMO

Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Lucas 9: 24.

Alguien ha dicho que lo que se predica hoy desde nuestros pulpitos es un evangelio edulcorado. Vivimos en una época en que la buena nueva del evangelio se ha convertido en algo tan de uso común que ha dejado de ser evangelio. Parecería que seguir a Cristo no implique ningún cambio, como si ser discípulo de Jesús fuese algo semejante a ponerse una pegatina que diga «Soy cristiano», y eso sería todo. Con la invitación a seguir a Cristo que se extiende desde algunos pulpitos, da la impresión que lo único que se requiere del que acepte tal invitación es decir algunas palabras, creer intelectualmente o caminar por el pasillo hacia el frente, sin tener que cambiar nada. Jesús dijo a todos los que lo escuchaban: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame» (Lúe. 9:23).
Cuando el apóstol Pablo se encontró con Jesús en el camino que conducía a Damasco también encontró su propio final, pues ese encuentro extraordinario fue el punto final al odio que había respirado contra los cristianos, el final de su or¬gullo, de su justicia propia, de su nacionalismo, de sus esperanzas, de sus sueños y de sus objetivos. Supuso una decisión de entregarse a la muerte, no por suicidio, sino por el simple hecho de apartarse de su antiguo yo y de comenzar una nueva identidad en Cristo. Cuando se produce el milagro de la conversión, todo lo que se posee queda a completa disposición de Jesús, para los propósitos que él estime convenientes, y nada de ello deberá nunca obstaculizar la obediencia absoluta a su mandamiento de amor.
Jesús no desea engañarte con un cebo, ni te propone tampoco un trueque para que lo sigas. Aparte de su persona, no te ofrece nada "a cambio" para que lo sigas. Él es completamente franco con respecto al costo. Preguntó: «¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? [...] ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?» (Lúe. 14: 28, 31).
Permite que el llamamiento a seguir a Jesús sea respondido por ti de forma clara y sincera. Jamás te lamentarás de hacer lo que él te pida. Por el contrario, encontrarás gozo en la obediencia y deleite en entregarle todo a él.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

martes, 22 de diciembre de 2009

TRANSMITIR LA FE

Con manos limpias e inocentes camino, Señor, en torno a tu altar, proclamando en voz alta tu alabanza y contando todas tus maravillas (Salmo 26: 6, 7).

Tuve el privilegio de nacer en una familia cristiana, por la gracia de Dios soy la tercera generación de adventistas en casa, hija de un pionero en la obra en el sureste mexicano. De niña me deleitaba en escuchar las hazañas en las historias que nos contaba mi padre, quien desde los dieciséis años sintió un profundo llamado para dejar todo e irse a compartir el evangelio que habla aprendido.
En la época en que había intolerancia religiosa en México y el gobierno restringía los cultos y la literatura religiosa, papá se enlistó valientemente en el colportaje. Viajó en ferrocarril, pequeñas barcazas, canoas, caballo, además, caminó grandes distancias para llevar la Palabra de Dios a las montañas, la selva y a la orilla de los ríos. Dios obró maravillas en su vida y lo libró de muchos peligros de muerte. Su amor por el evangelio lo llevó a estudiar en el seminario teológico y luego ser un ministro del evangelio para seguir compartiendo su pasión. Pero dado que veía tanta necesidad de atención médica, decidió estudiar medicina para llevar sanidad a pueblos remotos del país.
Su pasión por el evangelio y su congruencia en lo que creía nos enseñó a amar a Dios y a su iglesia, y a ver la vida en el contexto de la eternidad. Es un gozo para nosotros encontrar todavía en algunos pueblos, libros que él vendió y que sirvieron para la fundación de una iglesia local. Mi esposo y yo llevamos casi veinte años trabajando en la Universidad de Montemorelos y junto a nuestros hijos nos sentimos muy bendecidos por eso. Esperamos haber transmitido a los nuestros esta misma pasión y el verdadero sentido de la vida que nos liga a la eternidad.
Mi corazón se llena de gratitud por el ejemplo que recibimos de un padre cristiano para quien el servicio era su mayor pasión. «Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin» (Ecl. 3: 11).

Haydée Martínez
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

PAQUETES FEOS

Yo soy el Señor, el Dios de todo ser viviente. Nada hay imposible para mí. Jeremías 32:27.

El año pasado, justo antes de la fiesta de Navidad de la escuela, los alumnos empezaron a traer los regalos para intercambiárselos. La mayoría estaban vueltos en papel de colores y atados con cintas del mismo color. Pero había un regalo que destacaba del resto.
Destacaba porque no estaba envuelto. Alguien había puesto el regalo en una bolsa de papel marrón y la había cerrado con grapas. Nadie dijo nada de ese regalo tan feo, pero se podría decir que todos pensaban: «Espero que el regalo de la bolsa no sea para mí».
El envoltorio suele indicar qué lleva dentro. Un envoltorio bonito, un regalo bonito. Un envoltorio mugriento, un regalo mugriento. Pero a veces las apariencias engañan.
Eso es particularmente cierto cuando se trata de los regalos que vienen de Dios. A veces, vienen envueltos con un papel muy feo. Los paquetes feos son acontecimientos o situaciones que son desagradables: un divorcio, una enfermedad, un suspenso, el rechazo, el temor, la soledad, la muerte y los defectos físicos.
Si se nos permitiera, nunca los escogeríamos. Pero Dios es tan inteligente, tan increíblemente poderoso, que puede hacer que la peor de las situaciones se vuelva en la mayor de las bendiciones.
Aquí tienes algunos paquetes feos. ¿Qué buenos resultados pueden salir de ellos?
• Scout sacó un insuficiente en el examen de Historia.
• Staci, la mejor amiga de Tiffany, se mudó.
• La familia de Brad no puede pagarle los estudios.
• Gina estaba muy excitada con la idea de ir al campamento de verano. Pero unos días antes de ir contrajo la varicela.
• Ricardo quería el papel protagonista de la obra de teatro de Navidad, pero no se lo dieron.
Cuando en la vida surgen problemas, es muy bueno saber que Dios puede sacar algo bueno de la peor situación. Nada escapa a su control.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

NADA QUE TEMER

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas. Josué 1: 9.

El mandato que con más frecuencia se repite en las Escrituras para los hijos de Dios es el de no tener temor. Se da más de 360 veces en toda la Biblia, y cada vez que aparece los autores bíblicos hacen mucho hincapié en él.
«¡Sean valientes! ¡No teman!» Eran palabras que oyeron desde los pastores que vieron a los ángeles anunciando el nacimiento de Jesús, hasta los discípulos que vieron caminar a Jesús sobre las aguas y creyeron que era un fantasma.
La Biblia está repleta de exhortaciones a no temer. Una de estas exhortaciones la encontramos en Isaías 41: 8-10: «Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo. Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia».
En las Escrituras se presentan exhortaciones enfáticas a no temer son hechas porque el temor nos paraliza. El temor hizo que los israelitas prefirieran creer a los diez espías que afirmaban que la tierra era inconquistable a creer el mensaje optimista de Josué y Caleb. El miedo era lo único que se interponía entre Israel y su herencia.
También hoy el temor puede privarnos de nuestra herencia. Una parábola de Jesús lo ilustra de esta manera: «Por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí» (Mat. 25: 25,26). Paralizado por el miedo, este hombre escondió el talento en la tierra. Por su temor, el siervo recibió de su señor la evaluación de ser un ocioso y un perezoso. Por el temor de no hacer nada mal, terminó no haciendo nada bien. No hizo nada en absoluto.
¿De dónde proviene nuestro valor para desechar completamente el temor? Atesoremos en nuestro corazón estas palabras del segundo Evangelio: «Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron» (Mar. 16: 6).
Hoy Dios quiere que deseches todo temor, porque si de verdad crees en un Cristo resucitado que venció la muerte, no habrá nunca nada que temer.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.