martes, 17 de enero de 2012

MANSO Y HUMILDE

«Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mateo 11: 29).

El Nuevo Testamento se escribió en griego. Entre los estudios de preparación para el ministerio estudié griego durante dos años Por desgracia, lo he olvidado casi todo. Las únicas palabras que recuerdo son adelphos mou, que significa, «mi hermano». Con todo, no puedo quejarme. Al menos, cuando voy a la iglesia el sábado por la mañana, puedo estrechar la mano de alguien y decirle: «feliz sábado, adelphos mou».
Todos los ejemplares del Nuevo Testamento, tanto si están en inglés, en español, en francés o en cualquier otro idioma, son una traducción del griego que hablaba en tiempos de Cristo. Es el Koiné o griego común. La palabra griega Koiné para «manso» significa amable, humilde, considerado, cortés.
En griego clásico, el que se hablaba incluso antes que el griego koiné, el término «manso» se usaba de tres maneras distintas. Lo usaban, en particular, los médicos, los marineros y los granjeros. Los médicos empleaban la palabra «manso» para describir los medicamentos relajantes que aliviaban el dolor. Cuando los marineros se referían a una fresca y suave brisa que refresca al marino acalorado, se refería a ella como una brisa mansa. Finalmente, los agricultores decían que el asno que había sido domesticado y estaba listo para colaborar en las labores de la granja era un asno manso.
El abuso de un medicamento puede arruinar una vida. Usado sin control, el medicamento puede matar en lugar de curar. Los que habitan en el trópico, en particular a lo largo de la costa sur de los Estados Unidos y en Centroamérica, saben que un huracán puede causar estragos. En una granja, la bestia de labranza o de tiro que nunca ha sido adiestrada resulta inútil. Cuando nos apercibimos de los peligros que esconden los medicamentos, vientos o una bestia sin adiestrar entendemos el sentido de la palabra «mansedumbre» en griego clásico: fuerza controlada.
Nuestro Señor Jesús dijo que era manso y humilde de corazón y que en él hallaríamos descanso para el alma (Mat. 11: 28). Él nos ayudará a controlar nuestra fuerza. ¿Se imagina cómo serían los hogares si los progenitores se mostrarán con mansedumbre? Si queremos enseñar a nuestros hijos a ser como Jesús, tenemos que reflejar su carácter; es decir, nosotros también debemos ser mansos y humildes. Una persona humilde no piensa en sí misma, sino en los demás. (Basado en Mateo 5:5)

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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