viernes, 16 de marzo de 2012

¿DÓNDE ESTÁ NUESTRO TESORO?

«Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mateo 6:21).

Se cuenta la historia de un granjero que, después que su mejor vaca hubo parido dos temeros gemelos, uno blanco y otro pardo, dijo a su esposa y a sus hijos:
—¿Saben? Sentí el impulso de dedicar uno de estos terneros al Señor. Los criaremos juntos y, cuando llegue el momento de venderlos, el dinero de uno será para nosotros y el del otro irá a la obra del Señor.
Entonces su esposa le preguntó cuál de los dos dedicaría al Señor. —No te preocupes por ello ahora —respondió—. Los trataremos igual y, cuando llegue el momento, ya lo decidiré.
Y se marchó. Al cabo de pocos meses, el hombre entró en la cocina con aspecto triste y abatido. Cuando su esposa le preguntó qué lo preocupaba, él respondió:
—Traigo malas noticias. El ternero del Señor se ha muerto.
¿Por qué siempre muere el ternero del Señor? Nos reímos con cierta incomodidad porque todos, alguna vez, hemos sido culpables de algo parecido. Por ejemplo, pensemos en el fondo de inversión de la Escuela Sabática. La idea es dedicar algo a Dios y darle el producto como una ofrenda especial. Pero sé de miembros de iglesia que dedican al señor un árbol frutal medio muerto y lo retan a que lo haga productivo.
Jesús dijo: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mat. 6: 19-21).
En los versículos que acaba de leer, Jesús nos da una visión magnífica de cómo debemos ver el asunto de la riqueza, el dinero y el lujo. En el siguiente pasaje, del versículo 25 al 34, habla de necesidades básicas (la alimentación, la bebida, la ropa y un lugar para dormir) y cómo debemos satisfacerlas. Pero en los versículos 19-21 cuestiona el lujo, no las necesidades.
¿Me permite que le haga una pregunta personal? ¿Qué es más importante para usted? ¿Dónde lo tiene, en el banco o en el cielo? Basado en Mateo 6: 19-21

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

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