lunes, 4 de junio de 2012

OTRA OPORTUNIDAD


La palabra del Señor vino pon segunda vez a Jonás. Jonás 3:1.

¿Qué viene a tu mente cuando se menciona el nombre del profeta bíblico llamado Jonás? No es difícil adivinar: el gran pez que se lo tragó. Pero, ¿es realmente ese gran pez el personaje central de ese simpático episodio?
Lo primero que salta a la vista al leer el relato es la fidelidad con que todos los personajes obedecen a Dios. Dios ordena al viento, y se produce una gran tempestad (Jon. 1:4). Dios da la orden y el gran pez se traga a Jonás. Una nueva orden, y el pez lo vomita (1:17;2:10). Otra orden, y crece una calabacera (4:6). Dios envía a un gusano, y seca la calabacera (vers. 7). Hasta los perversos ninivitas obedecen el llamado de Dios al arrepentimiento (3:4-10). Todos obedecen... excepto Jonás, el profeta. Dios lo envía a Nínive, y él se va a Tarsis, lejos de la presencia de Dios (1:1-3). Supongamos que tú eres el presidente de una junta que tiene que decidir cómo disciplinar a Jonás por no haber cumplido su misión.
—Profeta Jonás —preguntas tú como presidente— ¿a dónde lo envió esta junta?
—A Nínive.
—¿Y adonde fue usted? 
—A Tarsis.
—¿Por qué decidió ir a Tarsis, y no a Nínive?
—Bueno, porque temía que los ninivitas se arrepintieran de sus pecados. 
—Pero, ¿no era ese, precisamente, el objetivo de su misión? 
—Sí, pero temía que ocurriera lo que justamente ocurrió: Yo les anuncio la destrucción, ellos se arrepienten, Dios los perdona y yo entonces quedo como un mentiroso.
¿Qué decisión tomarías con respecto a Jonás? ¿Verdad que merecía ser despedido? Sin embargo, ¿qué dice la Biblia que hizo Dios? Le concedió una segunda oportunidad ¡Una segunda oportunidad! ¿La merecía Jonás?
La verdad, no la merecía. Pero, ¿quién de nosotros merece una segunda oportunidad? Ninguno. Sin embargo, nuestro amante Padre celestial nos ha perdonado una y otra vez. No se cansa de perdonamos. No se cansa de darnos otra oportunidad. Apreciado joven, ¿te sientes alejado de Dios? ¿Has hecho algo que te hace pensar que no mereces su perdón? Si este es el caso, la gran noticia para ti es que ahora mismo, Dios quiere darte otra oportunidad. No solo te quiere perdonar, sino que ¡también desea darte otra oportunidad! ¿La aprovecharás?
Gracias, Señor, por darme otra oportunidad La acepto con gratitud

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

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