lunes, 4 de junio de 2012

UN MILAGRO MODERNO


Pero todos los hijos de Israel tenía luz en sus habitaciones. (Éxodo 10:23).

La tarde del 22 de junio del año 2002 estaba bastante ocupada con los preparativos para el sábado.  Quería preparar algo especial, ya que al día siguiente, además de sábado, era el cumpleaños de mi esposo. Como de costumbre él me estaba ayudando en la limpieza del hogar.
Sin embargo, sucedió algo inesperado. Mi esposo vio debajo de la meseta de la cocina una cucarachita que intentó matar. Consiguió un poco de gasolina y se la echó a la cucaracha sin pensar que el horno estaba encendido.  Imagínense lo que sucedió: hubo una terrible explosión y se incendió parte de la vivienda, provocando además quemaduras en buena parte del cuerpo de mi esposo. Aquella tarde nos tocó vivir un momento terrible.  Tuvimos que apagar el fuego y luego llevar a mi esposo al hospital. Allí nos dijeron que debía permanecer aislado, preferiblemente en una habitación con aire acondicionado.
Al llegar la noche enfrentamos otro problema, pues suministro eléctrico había sido suspendido. Eso era frecuente en nuestro país, pero gracias a Dios sucedió al, maravilloso. Aunque en ninguna casa de nuestra cuadra había electricidad, en la nuestra todo funcionaba perfectamente. Los vecinos, que conocían nuestro problema, me preguntaban si habíamos conseguido una planta eléctrica. Yo les contestaba con gratitud en mi corazón Dios había hecho un milagro al permitir que hubiera electricidad en nuestro hogar aquella noche.
Querida hermana, recordemos que «ninguna calamidad puede ocurrirle al más pequeño de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ningún gozo alegrarla, ninguna oración sincera escaparse de los labios, sin el Padre celestial lo perciba y sin que tome en ello un interés inmediato» (El camino a Cristo, cap. 11, p. 149). Han pasado varios años desde aquel terrible accidente y mi esposo, por la gracia del Señor, se encuentra bien. Sin embargo, todavía quedan algunas pequeñas marcas en su cuerpo como recuerdo de la maravillosa intervención del Señor.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Xiomara Lunar

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