domingo, 13 de enero de 2013

CRÍTICO DE ARTE

Lugar: Francia
Palabra de Dios: Proverbios 27:2.

-¡Cézanne es un gran pintor! ¡Cézanne es un gran pintor! La voz provenía del interior de la casa de Paul Cézanne, un pintor francés del siglo XIX. La persona que hablaba, seguramente, gustaba mucho de su arte, porque la frase era repetida una y otra vez: "¡Cézanne es un gran pintor! ¡Cézanne es un gran pintor!"
Era verdad: Paul Cézanne fue un gran pintor. Y llegó a ser conocido como uno de los padres de la escuela moderna de pintura. Aunque algunas personas criticaron duramente sus primeras obras, Cézanne no se dio por vencido, y sus obras eventualmente fueron elogiadas en las exhibiciones de arte. Puedes admirar algunas de sus pinturas exhibidas en museos de arte.
Pero ¿quién repetía vez tras vez la frase "Cézanne es un gran pintor"? No era uno de sus maestros o de sus compañeros artistas. Ni siquiera era uno de sus admiradores; de hecho, ni siquiera era una persona. Allí, en la casa de Paul Cézanne, vivía un loro verde. Cézanne le había enseñado a decir esas palabras.
¿Has conocido a personas a las que les gusta hablar de sí mismas?
Alex, de trece años, no tenía un loro a quien entrenar, pero, en lugar de eso, siempre le estaba diciendo a la gente lo bueno que era. "Soy el mejor jugador de fútbol del colegio... Mis padres me compran todo lo que yo quiero... Miren mis zapatillas nuevas... Miren lo que hago..."
El libro de Proverbios .dice: "No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te alaben". En otras palabras, no vayas por allí diciendo lo grande que eres. Piensa en esto: si alguien tenía de qué hablar respecto de sí mismo, ese era Jesús. Pero, en lugar de decir a la gente lo grande que era, permaneció manso y humilde. Olvida al loro. ¡Sigue el ejemplo de Jesús!

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

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